La presidenta de la Sección Cuarta de la Audiencia Nacional, Ángela Murillo, que encabeza el tribunal que ha ordenado el ingreso en prisión de Rodrigo Rato y otros 14 condenados por las tarjetas 'Black', no dudó ni un momento en interrumpir durante el juicio a Ignacio Nasvasqüés, uno de los procesados, para que bajara el tono de su reproche contra el fiscal jefe de Anticorrupción, Alejandro Luzón, que había asegurado que las tarjetas opacas de Caja Madrid eran 'Black' (negras) a efectos fiscales, tal y como indicaba el correo electrónico del fallecido Miguel Blesa, que dio origen al caso.
Y la magistrada extremeña lo hizo sin titubear en un macrojuicio en el que los procesados, ahora condenados, llegaron a alegar que se habían vulnerado sus derechos constitucionales, una defensa que no confirmó el Tribunal Supremo, y que con toda probabilidad deberá analizar el Tribunal Constitucional ante los eventuales recursos de amparo que presenten Rodrigo Rato y los otros 63 condenados a penas de cárcel.
Sin embargo, el fallo del tribunal, compuesto también por los magistrados Juan Francisco Martel y Teresa Palacios, rechazó las quejas de los ahora condenados, una decisión que ha contado con el aval del Tribunal Supremo, que la semana pasada confirmó la mayor parte de las penas, entre las que destacan los cuatro años y seis meses de Rodrigo Rato, que tiene hasta el 26 de octubre para ingresar en prisión.
Olivas y Norniella
Murillo, muy conocida por su arrojo, integra junto a los magistrados Carmen Paloma González y Juan Francisco Martel el tribunal que juzgará a 32 altos cargos de Bankia, entre ellos el expresidente Rodrigo Rato, el exvicepresidente José Luis Olivas y los exconsejeros José Manuel Fernández Norniella, Arturo Fernández y Javier López Madrid.
Todavía hoy se puede ver en Youtube un extracto de un juicio contra Arnaldo Otegi, en el que la abogada del terrorista de ETA, que se encontraba en huelga de hambre, preguntó a Murillo si la Sala tenía algún inconveniente en que el preso bebiera agua. La respuesta de Murillo, que da fe de su espontaneidad, fue: "Como si quiere beber vino", dijo la juez ante la sonrisa de los presentes.
Murillo también presidió el tribunal de la Audiencia Nacional que juzgó a Otegi y otros líderes terroristas por reactivar tratar de reactivar a Batasuna con Bateragune. Y ahí la juez censuró el intento de Miren Zabaleta de utilizar la "violencia política" como un pretendido eufemismo del terrorismo. La juez cortó de raíz a la etarra para preguntarle: "¿Un tiro en la nuca a inocentes es violencia política?".
Contra Otegi
Pero esta espontaneidad también le ha jugado malas pasadas a Murillo, que fue corregida por el Tribunal Supremo que consideró que exteriorizó un prejuicio acerca de la culpabilidad de Otegi cuando le preguntó en una vista oral: "¿Usted condena rotundamente la violencia?". El exportavoz de Batasuna respondió: "No voy a contestar", a lo que Murillo dijo: "Ya sabía yo que no me iba a contestar a esa pregunta". Y Otegi replicó: "Y yo que iba a hacerla".
La juez extremeña, que será la ponente de la sentencia del 'caso Bankia', ha protagonizado en la Audiencia Nacional un cambio acorde a los nuevos tiempos socioeconómicos de España, con la derrota de ETA y la eclosión de los casos de corrupción.
Con este cambio, la magistrada se ha visto obligada a 'reciclarse', ya que ha pasado de juzgar muchos casos vinculados con la banda terrorista ETA y con el GRAPO, a ocuparse de casos de corrupción como los mencionados de las 'Black' o Bankia, pero también otros de índole yihadista.
Sin esperar
En todos ellos Murillo impregna su sello, que no permite que ni las acusaciones ni las defensas pongan en cuestión su autoridad. Un sello que se ha vuelto a ver con la providencia dictada este 9 de octubre, en la que el tribunal no espera a que los condenados interpongan sus recursos de amparo ante el Constitucional para decretar el ingreso en prisión de 15 de los condenados por las 'Black'.
Una decisión que hará que Rodrigo Rato acuda a las sesiones del juicio del 'caso Bankia', que comenzará el 26 de noviembre, desde la cárcel que elija en los próximos días.