Inés Arrimadas no es la amenaza al liderazgo de Albert Rivera que en su día Íñigo Errejón supuso para Pablo Iglesias. Esta misma semana un sondeo de GAD3 situaba a la dirigente catalana como la política mejor valorada por todos los españoles, superando a su jefe de filas, quien hasta ahora aunaba las preferencias de los votantes. Los resultados de las elecciones catalanas el pasado 21D no solo han catapultado a abanderar la oposición en el Parlament, sino también a adquirir una mayor popularidad a nivel nacional. Tanto es así que el debate sobre si Arrimadas tiene mucho más tirón electoral que Rivera no se ha hecho esperar.
Con el surgir de los partidos emergentes, es cada vez más frecuente que las formaciones no se focalicen en un único líder
Con el surgir de los partidos emergentes, es cada vez más frecuente que las formaciones no estén tan focalizadas en sus presidentes o secretarios generales y existan varios integrantes que gocen de la misma o incluso más popularidad. Caso emblemático fue el acontecido entre Íñigo Errejón y Pablo Iglesias, cuyas diferentes líneas de acción en cuanto a los procedimientos, el discurso, la estrategia y los símbolos de Podemos les llevó a medirse en el Congreso de Vistalegre II, donde Iglesias se consolidó como secretario general.
Gestión de la popularidad
Pero si en la formación morada existían problemas de fondo sobre cómo había de ser Podemos, en la naranja todo apunta a que el discurso de todos los dirigentes es el mismo e, incluso, más que dividir, Arrimadas habría servido para reforzar a Rivera. Al menos en esto coinciden algunos expertos en comunicación política. "Cataluña está de actualidad y Arrimadas ha tenido mayor visibilidad mediática, por lo que tiene sentido que esté en la cresta. Sin embargo, los sondeos suelen ser una foto del momento y no garantizan que en unas semanas o meses se vaya a seguir manteniendo en esa posición", explica Marta Rebolledo, subdirectora del Máster en Comunicación Política de la Universidad de Navarra.
¿Cómo se gestiona dentro de un partido que uno de los miembros adquiera mayor notoriedad que el propio líder? Según Rebolledo, que un candidato tenga más popularidad que su superior no tiene por qué ser negativo. "Puede ser positivo en el sentido que un partido no se focaliza solo en una persona convirtiéndose en una formación personalista", considera. "En Podemos, más que dos personalidades, había dos maneras de ver cómo querían acercarse a la ciudadanía a través del partido", apunta.
Espaldarazo a Rivera
De acuerdo a la experta en comunicación política, es muy difícil que un partido regional se extienda al escenario político nacional por una cuestión de estructura. "Que haya otros líderes con relevancia juega a favor de la expansión territorial de Ciudadanos", opina. Con ella coincide Jorge Santiago Barnés, miembro del comité académico de ACOP y decano de la facultad de comunicación de la Universidad Camilo José Cela, quien apunta que el triunfo de Arrimadas en las urnas catalanas se traducirá en un "espaldarazo" para Rivera.
"Cuando Errejón cuestiona el liderazgo de Iglesias, no lo hace porque esté adquiriendo una mayor popularidad en las encuestas, sino por una divergencia ideológica y por tener diferentes líneas de acción sobre las que se tuvo que tomar una decisión", recuerda el decano. En el caso de Arrimadas y Rivera, continúa, la situación es muy distinta.
"Las elecciones de Cataluña han sido muy mediáticas, todos los españoles hemos estado muy pendientes de los candidatos. Y esta excepcionalidad es la que ha llevado a Arrimadas a adquirir notoriedad a nivel nacional con el consiguiente debate sobre si esta popularidad puede cuestionar el liderazgo del líder", resume. Pero según Santiago Barnés, la dirigente catalana posiblemente no se haya planteado tener repercusión nacional. "Mientras que el planteamiento de Errejón dividió al partido, la popularidad de Arrimadas está reforzando a Rivera", concluye.