El auditor de Deloitte que se encargó de analizar las cuentas del Banco de Valencia, Miguel Monferrer, aseguró el pasado miércoles en su declaración como imputado ante el magistrado de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz que en 2009 la entidad financiera tenía "una hucha de 300 millones de provisiones sin asignar y un colchón de reservas del orden de 300 millones", por lo que aseguró que era "difícil que podría faltar" la financiación, según consta en la grabación a la que ha tenido acceso Vozpópuli.
Preguntado por el abogado Diego Muñoz-Cobo, de la acusación de los pequeños accionistas de Banco de Valencia (Apabankval), sobre si las cuentas en 2010 y 2010 aprobadas por la junta general reflejaban la imagen fiel de la misma, Monferrer aseguró: "Me ratifico en mi informe de auditoría", que aludía a beneficios cuando el agujero superaba los 1.000 millones de euros.
Además Monferrer, que no reconoció ningún error en su gestión, se escudó en que el Banco de España realizó en 2009 una inspección que validó las cuentas del banco. Aunque después el auditor, a preguntas de la fiscal, tuvo que reconocer que este análisis realizado por el Banco de España en 2009 se refería a las cuentas de Banco de Valencia de 2008, cuyo accionista mayoritario era Bancaja y tras la fusión con Caja Madrid, Bankia.
La entidad financiera centenaria valenciana, que necesitó 17.000 millones de euros de dinero público para evitar su quiebra, y que fue vendida a Caixabank por 1 euro, fue objeto de una inspección por parte del Banco de España, que confirmó numerosas "irregularidades", según el interrogatorio de la fiscal del caso, que aludió a un agujero conocido en ese momento de 1.087 millones de euros.
"Importantes deterioros"
En concreto, tal y como relató la representante del ministerio público, la inspección del Banco de España 7 de julio de 2010 encontró "importantes deterioros" de las cuentas del Banco de Valencia, como por ejemplo un déficit de provisiones de 338 millones, unos deterioros no contabilizados de 48,9 millones y un déficit en las inversiones inmobiliarias de 38 millones.
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Además, los beneficios bajaban de 165 millones a 53 millones, y los deterioros no contabilizados a 31 de diciembre de 2009 eran de 420 millones de euros. En total, el agujero era de 997 millones, a los que acabaron añadiéndose otros 90 millones de euros.
Sin embargo, el auditor de la entidad financiera aseguró que no llegó a conocer "para nada" el informe del Banco de España. Y tampoco realizó, según su declaración, ninguna manifestación al banco para que mejorar su gestión o realizar algún ajuste.
Sin embargo, sí tuvo conocimiento de la sanción establecida por el Banco de España a los gestores de Banco de Valencia, que les abrió un expediente. Por eso la fiscal le preguntó al auditor sobre si no le había extrañado el informe del regulador.
La extrañeza viene porque usted haga un informe sin mácula y por otra parte tengamos un expediente de estas magnitudes por parte del Banco de España"
"¿No le extrañó este informe? Usted hace un informe sin salvedades, y por otro lado la inspección del Banco de España detecta un volumen de irregularidades muy importante que desemboca en un expediente disciplinario"?, interpeló la fiscal, que completó su pregunta: "La extrañeza viene porque usted haga un informe sin mácula y por otra parte tengamos un expediente de estas magnitudes por parte del Banco de España".
"Se me ha ido"
Esta pregunta desencajó al auditor de Deloitte, que llegó a reconocer en su respuesta: "Se me ha ido la argumentación", para posteriormente recalcar que como responsable de la auditoría de 2010 y 2011 no tenía ninguna duda del trabajo realizado.
"Por un lado no había ninguna objeción por parte del Banco de España sin salvedades y en ningún momento se dirigió el Banco de España haciendo alguna observación", recalcó entonces Miguel Monferrer.
Posteriormente, la fiscal llegó a aludir de nuevo a la sanción del Banco de España y a los informes sobre la actuación de los directivos de la entidad financiera valenciana: "¿Está de acuerdo con estas cifras o ni siquiera se dio cuenta de ellas", a lo que el imputado dijo que desconocía el origen de las cifras aportadas por el regulador: "Desconozco de dónde salen las cifras", resaltó Monferrer que destacó que no estaba en el ámbito de su competencia como auditor conocer el informe del Banco de España y que por eso no consideró necesario hacer nada al respecto.
El caso Banco de Valencia, que se investiga en la Audiencia Nacional tras la denuncia del abogado Diego Muñoz-Cobo en nombre del colectivo de pequeños accionistas de la centenaria entidad financiera (Apabankval), incluye numerosas piezas separadas en las que se está determinando las responsabilidades penales de sus directivos, que provocaron uno de los mayores hundimientos del sistema financiero español.