"Ni elecciones, ni reformas constitucionales ni filigranas. Nosotros lo tenemos muy claro: República Ahora". Así resumen desde la CUP su posición ante los próximos pasos del Gobierno y del presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont. Y es que, según fuentes soberanistas, en la coalición anticapitalista temen una "filigrana" del jefe del Govern que se ha ido extendiendo en las últimas horas por destacados círculos del secesionismo. Esta pirueta de Puigdemont, en permanente contacto con el 'expresident' Artur Mas, consistiría en proclamar finalmente la "República catalana" -todo apunta a la próxima semana- y vincular su puesta en marcha a la celebración de unas "elecciones constituyentes" en Cataluña.
La coordinadora general del PDCat, Marta Pascal, manifestó anoche tras la reunión del Consell Nacional de la antigua Convergència -cita donde intervino Puigdemont- que el partido pedirá al president que "levante la suspensión" de la DUI anulada el pasado 10 de octubre "si el Gobierno implementa el artículo 155" de la Constitución de intervención de una autonomía.
Sin embargo, desde la CUP sospechan que aunque Puigdemont levante esa suspensión, puede recurrir a algún subterfugio para retrasar el despliegue efectivo de la DUI hasta una validación vía elecciones "constituyentes". El jefe de la Generalitat tendría así la coartada perfecta para evitar una aplicación severa del artículo 155 por parte del Gobierno de Mariano Rajoy. Sería su principal contribución a la salvaguarda del autogobierno catalán.
La posibilidad de un anticipo electoral fue negada ayer por Pascal y por el conseller de Asuntos Exteriores, Raül Romeva. "No está sobre la mesa", sostuvieron. Pero se pronunciaron así pensando en unas autonómicas al uso y no sobre unas "constituyentes", que están contempladas, de hecho, en la Ley de Transitoriedad aprobada por Junts Pel Sí y la CUP. Por su parte, tanto el Ejecutivo popular como PSOE y Ciudadanos coincidieron ayer en que debería ser abortado el artículo 155 en caso de que Puigdemont convoque elecciones legales, por mucho que los independentistas las conciban como "constituyentes".
Cabe recordar que los comicios del 27 de septiembre de 2015, que siguieron a la consulta del 9 de noviembre de 2014, fueron convocados por Artur Mas en clave "plebiscitaria", es decir, entendiendo los votos a las distintas candidaturas como un Sí o un No a "poner las bases para posibilitar una Cataluña independiente". Los secesionistas obtuvieron la mayoría parlamentaria, pero no consiguieron la mayoría absoluta de votos, al quedarse en un 47,8% del total de votos emitidos (Junts pel Sí aportó el 39,6% y la CUP el 8,2%).
Así, ante unas elecciones "constituyentes", los separatistas volverían a hacer un recuento de los votos en la misma línea. En una entrevista en Salvados (La Sexta) el pasado 24 de septiembre, a una semana del referéndum del 1-O, Puigdemont recalcó que "la Constitución europea se aprobó con un 42%".
Desde la CUP rechazan todo lo que sea aplazar hasta unas eventuales constituyentes la entrada en vigor de una declaración unilateral de independencia
Sin embargo, desde la CUP rechazan todo lo que sea aplazar hasta unas eventuales constituyentes la entrada en vigor de una declaración unilateral de independencia (DUI) pura y dura. Así, exigen que la "República catalana" sea proclamada ya, de inmediato. Tal y como publicó ayer Vozpópuli, representantes de la CUP se reunieron el martes con emisarios de Junts Pel Sí para "encontrar el mejor momento" para culminar la desconexión. Sobre la mesa estuvo dar este paso definitivo la próxima semana, antes de que el Senado dé luz verde a la suspensión de la autonomía conforme al artículo del 155 de la Constitución. Los anticapitalistas quieren que esa DUI final salga del Parlament vía Pleno extraordinario y sin realizar ninguna votación, como el pasado 10 de octubre, pasando así a implementar la Ley de transitoriedad.
"Desobediencia masiva"
En este contexto, la CUP y otros grupos de izquierda radical lanzaron ayer la campaña "República Ahora" para conseguir una "proclamación efectiva de la república catalana" y apostar por una "desobediencia masiva no violenta" en la calle ante lo que consideran una "represión" del Estado. En una rueda de prensa en la plaza de Sant Jaume de Barcelona, la mesa de la izquierda independentista, formada por la CUP, Arran, el Sindicat d'Estudiants dels Països Catalans (SEPC), la Coordinadora Obrera Sindical (COS) y los colectivos Alerta y Endavant, dijo confiar en la "capacidad de movilización y auto-organización" de la ciudadanía para "defender la república".