El año empezó para Íñigo Errejón con una decisión sin marcha atrás. Se sumó en el pasado enero a la plataforma de Manuela Carmena, Más Madrid, para crear un nuevo sujeto político en el espacio de la izquierda alternativa al PSOE. En las elecciones del pasado mes de noviembre, su nuevo partido, coaligado con Equo y Compromís, ha pinchado, logrando tan solo tres escaños. El líder de Más País se encuentra ahora aislado y ha barajado dejar la política. “El problema es que Íñigo [Errejón] se ha llevado consigo a muchos cuadros y políticos que dependen de él”, resumen fuentes de Más País que confirman la situación de dificultad que vive el ex secretario de Análisis Estratégico de Podemos.
Doce meses después de su salida de Podemos, Errejón ha perdido el control de su partido. Además de Manuela Carmena, que ya se ha desmarcado de Más País, otros dirigentes están barajando salir de la formación. La situación es difícil, porque la lucha con Podemos ha sido dura y de ella ha salido un ganador: Pablo Iglesias. El líder de Podemos ha interpretado siempre la política como un encuentro de boxeo, mientras que Errejón prefería hablar de partido de ajedrez. La historia le está dando la razón a Iglesias.
Error de cálculo
Cuando Errejón anunció que se postulaba para el Congreso, lo hizo por convicción personal, pero sobre todo por presiones externas. Esta es la tesis que algunos manejan en el entorno errejonista, que ahora admiten el error de precipitar un proyecto político que ya está amortizado.
Errejón logró entrar en la Asamblea de Madrid en el pasado mes de mayo, aupado por viejos dirigentes de Podemos desencantados con el rumbo de los morados, como Tania Sánchez. Ella, que fue la madrina de Podemos, dio su disponibilidad para crear el germen de Más País. Y ella es ahora quien será la encargada de liderar Más Madrid en la Comunidad tras la salida de Errejón.
En el pasado verano, a medida que iba cristalizando la idea de la repetición electoral, Errejón trabajó en el argumentario de su primera campaña electoral a nivel nacional. Era desde 2014 que el amigo de Iglesias deseaba ser cabeza de lista en unos comicios generales. Decidió concurrir en casi 20 provincias, y se sintió respaldado por amplios sectores de la opinión pública y grandes medios de comunicación. Aunque la luna de miel duró poco.
La semana trágica
El punto de inflexión para Errejón fue la segunda semana de octubre, cuando Clara Serra salió de Más País denunciando personalismo y machismo. Esa misma semana Ada Colau se desmarcó de la formación turquesa y blindó su alianza con Iglesias. “Detrás de ambos movimientos está la mano negra de Iglesias”, sonríen en Podemos, donde aseguran que la salida de Serra fue planificada con su hermana, Isa Serra, y su compañero, Juanma Del Olmo, miembro de la cúpula de Podemos.
Sea como fuere, el juego ha resultado a suma negativa. Y de los 15 diputados a los que aspiraba, Errejón se ha quedado con tres. “Tiene ahora menos poder que cuando estaba en la Asamblea”, comentan en Más País. Tampoco está asegurado su papel de portavoz en el Congreso, puesto que Joan Baldoví (Compromís) e Inés Sabanés (Equo) no quieren perder visibilidad.
Salida de la política
Afectado por la derrota, el líder de Más País se ha planteado incluso dejar la política. Aunque ahora ha reculado y asegurado a los suyos, que son cada vez menos, que seguirá en la primera línea. Ocupará un escaño que se encuentra casi en el gallinero del Congreso. Y su acción legislativa será reducida.
La situación, no obstante, podría incluso empeorar en 2020. Si Sánchez e Iglesias no logran desbloquear la investidura y se va a las terceras elecciones, nadie oculta que Más País podría desaparecer. Errejón comenzó el año como una estrella, y acabó estrellado. Otra víctima de esa guerra de supervivencia que es hoy en día la política.