Los eurodiputados españoles, en su conjunto, registran un alto grado de cumplimiento de la obligación de atender a los llamamientos de votación. La media nacional está por encima de la de otros países. Sin embargo, hay un vagón de cola en dicha delegación española que se salta hasta el 20% de las votaciones, según el análisis estadístico que realiza la plataforma VoteWatch. Son siete eurodiputados de distinto signo político: cuatro parlamentarios del PP, una representante del PSOE, otra de Ciudadanos y una última de Izquierda Unida.
Del Grupo Popular forman parte de ese lista de rezagados los nombres de Agustín Díaz de Mera (80,73%), Teresa Jiménez-Becerril (78,93%), Pilar del Castillo y (76,22%) y Esther Herranz (73,13%). Por el Grupo Socialista, la eurodiputada es Elena Valenciano (80,60%), exnúmero dos de Ferraz entre 2012 y 2014.
En esta tabla, justo detrás de la vicepresidenta de los socialistas europeos figura Carolina Punset (80,47%), representante de Ciudadanos y adscrita al grupo de la Alianza de los Liberales y Demócratas por Europa (ALDE, por sus siglas en inglés). Punset, crítica con la dirección de Albert Rivera, era noticia hace unos días por cuestionar la gestación subrogada que quiere regular la formación centrista. "Es capitalismo salvaje", señaló.
En el puesto más bajo del ranking español de votaciones aparece Ángela Vallina (68,65%), integrante de Izquierda Unida y perteneciente al Grupo Confederal de la Izquierda Unitaria Europea/Izquierda Verde Nórdica (GUE-NGL), el mismo al que están vinculados los cinco electos de Podemos. Ninguno de ellos está entre los 20 parlamentarios españoles que menos participan en las votaciones. Hay que irse al puesto 28 (de 54 eurodiputados nacionales) para encontrar la política asturiana Estefanía Torres, con un 91,91%. El análisis que realiza la plataforma VoteWatch comprende desde el 1 de julio de 2014, tras las últimas elecciones europeas, hasta el 18 de mayo de este año.
Absentismo
El pasado mes de julio, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, protagonizó una sonada polémica en el Parlamento europeo al expresar su profundo malestar por encontrarse el hemiciclo semivacío durante una sesión plenaria en la que le había tocado intervenir.
"El Parlamento europeo es ridículo, muy ridículo. Saludo a los que se han tomado la molestia de estar en esta sala", manifestó Juncker visiblemente enfadado. "El hecho de que apenas 30 eurodiputados estén aquí demuestra que no es serio", sentenció, cuestionando así el absentismo de sus señorías.
El incidente se produjo al inicio de un debate sobre el trabajo de Malta durante el semestre en que este país ejerció la presidencia de turno de la Unión Europea (UE). A la sesión también acudió el primer ministro maltés, Joseph Muscat. La Eurocámara cuenta con 751 eurodiputados de los 28 Estados miembros y no es habitual ver el Pleno al completo de parlamentarios durante las jornadas de debate.
Los eurodiputados que se molestaron por las críticas de Juncker reprocharon al presidente de la Comisión Europea que considerara prioritario tal debate sobre la gestión que había realizado el Gobierno de Malta cuando al mismo tiempo se estaban celebrando fuera del Pleno, con amplia presencia de parlamentarios, distintos reuniones de grupos de trabajo y de coordinación de comisiones sobre asuntos de primera actualidad.
