En Bruselas, y ante la totalidad de los socios comunitarios del Partido Popular Europeo (PPE), Alberto Núñez Feijóo ha internacionalizado (una vez más) las sospechas por corrupción que caen a plomo sobre el Gobierno de Pedro Sánchez. Una vorágine que arrancó en febrero con la detención de Koldo García Izaguirre, hombre de máxima confianza del exministro de Transportes José Luis Ábalos, y que lejos de amainar se ha ido acrecentando mes a mes. Según el líder del PP, la trama de corrupción investigada por la UCO tendría su eco en el resto de Europa y la "preocupación" de sus socios comunitarios con el caso Koldo y sus derivadas sería más que palpable.
"Es evidente que estamos ante una urgencia vital desde el punto de vista institucional", ha dicho Feijóo en la rueda de prensa posterior a su encuentro con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, con quien se ha mantenido un encuentro que, en principio, no figuraba en la agenda del líder del PP. Feijóo ha aprovechado para actualizar a la líder del Ejecutivo comunitario, entre otras cuestiones, del asedio judicial que vive el Gobierno y de la imputación este miércoles del fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, a quien ha dedicado el líder de la oposición buena parte de su comparecencia.
"¿Cómo va a poder defender la legalidad alguien que está imputado precisamente por saltársela? ¿Qué puede haber más grave para un fiscal que el máximo tribunal de tu país te esté investigando?", se ha preguntado Feijóo, incidiendo una y otra vez en el "daño reputacional" que supone para España esta situación. La noticia no ha hecho sino intensificar el cerco del PP sobre García Ortiz, a quien los populares llevan pidiendo meses su dimisión.
Por todo ello, el PP lleva días apelando de forma más o menos sibilina a las formaciones políticas que mantienen a Sánchez en el poder. Así lo ha hecho el propio Feijóo en los compases finales de su discurso, apelando a una "responsabilidad" que "también se extiende" a los "socios" de un "Gobierno que está en minoría". En este contexto, un hecho sobrevuela la geografía sentimental del PP: la moción de censura a Mariano Rajoy que evacuó del poder al PP en junio de 2018 y supuso la llegada de Sánchez al Palacio de la Moncloa. En aquel vuelco político, decantó la balanza el cambio de bando del PNV una semana después de apoyar los Presupuestos Generales del Estado.
"Queda por ver quien permanece al lado del Gobierno embarrándose, y embarrando la vida política española", ha tratado de poner Feijóo entre la espada y la pared, principalmente, a los jeltzales y a los posconvergentes de Junts. "Yo le aconsejo a sus socios que revisen su posición y que sean coherentes con algunas de sus decisiones anteriores y que tengan en cuenta que, al final, los cambios en los países a veces son inevitables", ha expuesto, ya que, a ojos de Feijóo, "un cambio político en España es inevitable en este momento". "Durará más o durará menos, dependerá del presidente del Gobierno, de su Gobierno, del ritmo de las investigaciones judiciales y del apoyo de sus socios de Gobierno y de sus socios parlamentarios".