El nuevo Gobierno de Pedro Sánchez, con minoría parlamentaria y 'avalado' por fuerzas diversas cuando no contrapuestas, pone a España frente a un desafío ya familiar para el resto de Europa. Salvo Malta, donde gobierna un partido de centro izquierda, el Partido Laborista, con mayoría, en el resto se da uno de los dos escenarios a los que se enfrenta la política española: un gobierno en minoría que pende del apoyo eventual de otras fuerzas o una alianza de Gobierno multicolor.
El primer escenario, más factible en España teniendo en cuenta que el PSOE ha descartado un gobierno en coalición con Podemos y que estos no quieren elecciones, tiene exponentes en Reino Unido, donde la centro derecha de Theresa May gobierna con un "pacto" de apoyo del Partido Unionista Democrático del Ulster, y, más cercano a la realidad española actual, en Portugal. Allí, gobierna un Gabinete monocolor del Partido socialista 'sostenido' de momento en el Parlamento por los izquierdistas Bloco de Esquerda y Partido Comunista, sin que exista un pacto en firme o un programa de apoyo mutuo para toda la legislatura al haber sido los tres incapaces de hacerlo.
"Los tres han entendido que más allá de sus discrepancias, que no dudan en hacer públicas, deben en la práctica entenderse porque juntos ganan más que separados en un tiempo donde la derecha gobierna la mayoría de los países de Europa", afirma el politólogo del Centro de Asuntos Internacionales de Barcelona, Hector Sánchez.
Experto en el caso portugués, Sánchez matiza que en Portugal no existe de por medio un conflicto territorial ni la posibilidad de un 'sorpasso' dentro de la izquierda como en España pero que, de forma similar a lo que ocurre aquí, se dio la "oportunidad histórica" de un gobierno de ribetes decididamente izquierdistas.
En este sentido, Sánchez destaca el 'sentido de Estado' del partido socialdemócrata alemán, que ha aceptado ser socio de un gobierno en coalición con Angela Merkel a la cabeza. La alemana es una de las 22 alianzas de gobierno multicolor europeas más nítidas por el contraste ideológico, aunque por detrás quizás de la de Eslovaquia - donde gobierna un primer ministro socialdemócrata apoyado por el centro derecha y la derecha que enfrenta protestas en estos momentos por la muerte del periodista Jan Kuciak- y de la de dos Gobiernos del Mediterráneo: el griego y el italiano.
En Grecia, la izquierda de Syriza, para gobernar con mayoría, pactó permitir la entrada en el Gobierno como ministro de Defensa de un representante de los minoritarios ultraderechistas Griegos Conservadores. En Italia, país acostumbrado a las alianzas, el euroescepticismo y la posibilidad de estrenarse en el poder han vehiculado una coalición entre el ultraizquierdista M5S y la ultraderechista Liga Norte.