Pablo Iglesias, líder de Podemos y vicepresidente del Gobierno, se prepara para una posible remodelación del Ejecutivo. Los tiempos que maneja su núcleo duro son de medio plazo. Pero Iglesias es consciente de la presión que pesa sobre la Moncloa y no quiere que, pasado el confinamiento y en plena tormenta económica, la solución de Pedro Sánchez sea apartarle del Gobierno. Por ello, su entorno quiere adelantarse y dejar que si alguien es sacrificado sea la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. “Exponer a Yolanda para salvar a Pablo”, resumen fuentes del partido morado.
En el Ejecutivo es un secreto a voces que cuando pase la primera fase dura del contagio y se empiece a ver el daño económico dejado por el coronavirus, Sánchez y su mano derecha, Iván Redondo, ofrecerán a la ciudadanía responsables para intentar “salvar el barco”. El nombre de Salvador Illa, responsable del mando único de Sanidad, está en las quinielas de los que vaticinan una destitución. Pero en las filas de Podemos temen que esa ola les acabe afectando.
La "duda" de Redondo
“Hay una operación de la derecha para hacer un gobierno del PSOE sin Podemos. La duda de Redondo es dónde poner el cortafuego. Puede ser Irene Montero y Carmen Calvo, por lo del 8-M, pero si esto va in crescendo, podría afectar a Pablo. Así que le conviene poner a Yolanda en el medio”, resume un miembro de Podemos.
“Redondo buscará culpables entre sus propias filas para calmar las críticas. Es lo mismo que hizo en Extremadura con el caso de Monago, y lo volverá a hacer. No hay ninguna duda sobre ello”, filtran otras voces del partido morado. Es en este contexto, con la Moncloa presionada y a la vez necesitada de los apoyos de la oposición, tras el plante de ERC y PNV, donde Podemos se prepara para lo peor: una remodelación del Ejecutivo en la que "podrían rodar cabezas".
Yolanda Díaz tiene una relación muy estrecha con Iglesias. Está en su bando, enfrentado a Alberto Garzón. Sin embargo, la crisis del coronavirus amenaza con modificar esta relación. Prueba de ello, según varias fuentes de Podemos consultadas por este diario, es que el partido morado (al que Díaz no pertenece) la está respaldando en redes sociales, pero por un “doble juego”.
"La gente buscará a un culpable"
Sobre Díaz pesa, además, otra espada de Damocles. Se trata del apoyo sindical y del aprecio de los empresarios, que ha caído en picado en estos últimos días. Ambos sectores han reprochado al Gobierno la falta de diálogo en el “parón total” de la economía. En su rueda de prensa más difícil durante la crisis, ante la peor caída de empleo de la historia democrática, su manera de explicarse generó polémica y la oposición ya ha empezado a lanzar su artillería contra ella.
A nivel sindical reconocen que el papel de Díaz no está gustando del todo. No es un asunto baladí. Los sindicatos, aunque no lo han manifestado públicamente, se han sentido ninguneados por el Gobierno, desvelan fuentes del sector a Vozpópuli. Están con Sánchez, pero se quejan: “Activó el parón total de la economía sin avisar a nadie. Es cierto que CCOO y UGT lo propusimos primero, pero lanzaron el decreto sin decir nada a nadie”.
“La gente buscará a un culpable. A ningún gobierno le viene bien una crisis”, señalan desde el partido de Iglesias. Estas fuentes reconocen que Díaz tiene una buena valoración pública (es la tercera ministra mejor apreciada, según el CIS), pero su cálculo es que la tensión social le acabará afectando. “No se le pedirá responsabilidad por el mes de confinamiento, pero sí más adelante. Ella será quien deberá comerse un marrón gordo, y Pablo lo sabe”, sostienen los compañeros de partido de Iglesias.
Relación mejorable con Irene Montero
De puertas adentro, las relaciones con Irene Montero son, por otro lado, mejorables. Montero pidió antes del estallido de la crisis más visibilidad para contrastar la imagen de Díaz que estaba capitalizando las primeras medidas sociales del Ejecutivo. Según fuentes de Podemos, estudió incluso su manera de expresarse en las ruedas de prensa y alertó con otros miembros de la cúpula de que estaba buscando un “perfil propio”. Iglesias le propuso acudir como invitada al Congreso de Vistalegre 3, afirman las fuentes consultadas, pero el rechazo de la ministra ha activado alarmas también en su entorno.
Es por ello que, con la implosión de las empresas, la rabia de los autónomos y la probabilidad de que miles de ERTE desemboquen en despidos, Díaz puede convertirse en un blanco fácil de la oposición y de los agentes sociales. Y si eso ocurre, la cúpula de Podemos quiere estar preparada. Como en el caso de Íñigo Errejón, el mensaje de Iglesias sigue siendo el mismo: en política no se hacen amigos.