Koldo García Izaguirre tenía dos misiones cuando trabajaba para José Luis Ábalos: asesorar e intimidar. Con su altura y envergadura, esto último resultaba sencillo. Koldo, una mezcla de consigliere y Luca Brasi -el temible capo de Vito Corleone en 'El Padrino'- para el exministro de Transportes, solía sentarse en una mesa aparte en los restaurantes a los que su jefe iba a comer, "franqueando la puerta a modo de protección de Ábalos", como indica una fuente cercana. Koldo García acaba de ser detenido en el marco de una investigación de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, por una supuesta trama de corrupción en la compra de material sanitario y mascarillas durante la pandemia del coronavirus.

Este vigilante de seguridad famoso por su rudeza como portero de la discoteca Rosalex en Pamplona llegó, por obra y gracia del ex secretario de Organización del PSOE, a tomar asiento como consejero en Renfe Mercancías, puesto para el que estaba infracualificado. No había rastro de experiencia o formación en el campo de las infraestructuras o el transporte en el currículo del asesor y guardaespaldas del exministro.

Su formación importaba poco, ya que Ábalos lo colocó en ese asiento para que ejerciera de sus ojos y oídos. Quería estar informado de primera mano de lo que se ventilaba en el consejo.

Referente político para Pedro Sánchez

El mismísimo Pedro Sánchez se deshacía en elogios hacia él en una publicación de Facebook en 2014: "El último aizkolari socialista; un titán contra los desahucios. Pamplona nos descubrió a uno de los gigantes de la militancia en estas tierras navarras. No obstante, este guerrillero de grandes dimensiones físicas, y corazón comprometido, es un referente político en la lucha contra los efectos de la crisis y las políticas de la derecha". 

Koldo García estuvo presente en un momento clave de la pasada legislatura: la famosa visita de Ábalos a Barajas para recibir a la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez. La instrucción de Moncloa sorprendió a Ábalos atendiendo una ópera en el Teatro Real de Madrid, un lugar donde a día de hoy es fácil encontrarse con ministros de Sánchez. Marchó a toda prisa acompañado de su inseparable Koldo.

Aquel domingo de enero de 2020, bien entrada la noche, Ábalos prescindió de sus escoltas habituales y del vehículo oficial, yendo en su coche particular. Delcy Rodríguez, que tenía prohibida su entrada en España por las sanciones de la UE, pasó más de una hora departiendo con Ábalos. Koldo García -como en los restaurantes- se mantuvo al margen, pero sí pudo ver cómo se sacaban decenas de maletas de la bodega. Pasó la madrugada en la sala VIP de la terminal ejecutiva junto a la vicepresidenta venezolana y su séquito hasta que la comitiva venezolana puso rumbo a Doha, en un vuelo comercial desde la T-4.

A Koldo García también le salpicó el viaje de Ábalos en noviembre de 2020 a las Islas Canarias. Tras varios actos oficiales en Las Palmas y Tenerife, en plena crisis migratoria, el exministro pasó un fin de semana en el Hotel Palacio de Isora junto a su familia y Koldo. Una estancia que costó más de 7.000 euros al erario público y en la que se bebieron varias botellas de champán 'Moët Chandon' con billetes de 500 euros.

Una nueva polémica de la etapa como ministro de Ábalos salpica hoy a García. La Audiencia Nacional investiga bajo secreto de sumario el pelotazo de mascarillas que implica al que fuera proveedor de confianza de José Luis Ábalos en su etapa como ministro de Transportes, la compañía Soluciones de Gestión y Apoyo a las Empresas, una empresa de Zaragoza que pasó de facturar 0 euros a 53 millones de euros en plena pandemia, como adelantó este periódico.

'Dedazo' para colocar a la mujer de Koldo

Koldo García no solo ha sido pieza clave en el entramado Ábalos, también era un amigo, una persona tan cercana al exministro que llegó a vivir en su modesto apartamento del centro de Madrid, adquirido en su etapa como diputado raso en el Congreso. Su exigua carrera política antes de conocer al exministro se resume en una concejalía en el pequeño pueblo de Huarte, una localidad en Navarra de 7.000 habitantes.

La amistad de Ábalos y Koldo García también se tradujo en un importante ascenso para la mujer de este último. Patricia Úriz fue contratada como ayudante de secretaria en Ministerio de Transportes. El empleo tenía un nivel por encima de la formación académica que presentaba la mujer de Koldo. De hecho, tales puestos suelen ser ocupados por funcionarios que acceden a la plaza tras aprobar una oposición. En su currículo solo figuraba ser técnica en Actividades Turísticas y Riesgos Laborales, nada relacionado con el transporte.

Lazos con el 'sanchismo'

Koldo García también guarda buena relación con una pieza clave del sanchismo, Santos Cerdán, que precisamente cogió el testigo de Ábalos como secretario de Organización del PSOE. El dirigente del PSN y líder en las negociaciones con Junts por la amnistía fue el primer padrino del 'guardaespaldas' de Ábalos. Es el propio Cerdán quien les presentó, dando cabida a Koldo en el organigrama gubernamental. Cerdán es a día de hoy uno de los pocos supervivientes de la gran purga de Pedro Sánchez, y su protagonismo en la marca socialista sigue ganando peso.

Indultado por el PP de Aznar

El hombre de confianza de Ábalos cuenta con varias condenas por agresiones a sus espaldas. En 1995, fue condenado por el Juzgado de lo Penal número 3 de Pamplona como autor de un delito de lesiones a la pena de dos años cuatro meses y un día de prisión menor por unos hechos acontecidos en 1991. El PP de José María Aznar lo indultó en el año 1996.

Posteriormente, en junio de 2011, fue nuevamente condenado por propinar una paliza a un menor de 16 años el año anterior. Koldo García se encontraba en el bar Sol de Iruñea, junto a la Comandancia de la Guardia Civil. Aquel día ganó el Mundial de Sudáfrica la selección española de fútbol. El menor llevaba una camiseta con el lema 'Independentzia'.

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