Al igual que otros independientes, Pedro Duque (Madrid, 1963) trató de efectuar un alunizaje suave en el nuevo Gobierno socialista de Pedro Sánchez, pero la situación política que atravesaba el país le obligó a aumentar la velocidad al máximo.
España era testigo de la primera moción de censura que había prosperado en su historia y el reconocido astronauta tenía encomendada una nueva misión: recuperar a contrarreloj el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades que había creado Zapatero.
Duque fue uno de los fichajes 'estrella' del nuevo presidente. Y, por su trayectoria profesional, quizá el más sorprendente. Los diez meses de mandato como ministro le han hecho valorar más la labor de los políticos y, aunque asegura no tener afán de perpetuarse, reconoce a Vozpópuli que está dispuesto a seguir en el poder ejecutivo como titular de la cartera.
Aún con la resaca electoral de las pasadas generales, donde ha participado por primera vez como cabeza de lista del PSOE al Congreso de los Diputados por la circunscripción de Alicante, el ministro en funciones recibe a este diario con la sensación de que España ha dado ejemplo a través de las urnas de ser un país "europeísta, colaborativo y que aboga por la libertad".
Usted fue uno de los fichajes independientes de Pedro Sánchez tras la moción de censura y ahora se ha presentado como cabeza de lista del PSOE por Alicante. ¿Hasta qué punto se puede seguir hablando de independencia?
En la papeleta y en la credencial sigue poniendo independiente. Estoy comprometido con la actual política del Gobierno y con las prioridades marcadas por el presidente. Independiente no quiere decir que un día estás en un sitio y otro día estás en otro, sino que estás más comprometido con unas ideas que necesariamente con un grupo humano.
¿Qué balance hace de su paso por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades?
Hay un área muy positiva que ha sido el trabajo en equipo entre los miembros del Gobierno, siempre con una dirección por parte de Presidencia con la que estoy muy de acuerdo. Hemos conseguido muchos logros desde el rigor y la sensatez y siempre con un uso muy correcto de las instituciones y las cuentas públicas.
Por otro lado, ha costado mucho por el esfuerzo personal que ha requerido. Sí ha sido un poco desilusionante el discurso que ha habido con las otras fuerzas políticas, que ha estado mucho más en los ataques personales. Ha habido muy poco espacio para hablar realmente de los temas de Estado que necesitamos. Yo tengo mucha esperanza que a partir del 1 de julio empiece una nueva etapa en la que hablemos de las cosas que importan.
¿Es la polémica entorno a su chalé lo que más le ha desencantado? ¿Qué aspectos de la política le han sorprendido para bien?
Está claro que lo que más me ha desencantado es que se digan mentiras sobre las personas. Alguna ha caído sobre mí y otras sobre otros y simplemente por obtener hipotéticos beneficios. Lo peor ha sido que no haya más discurso que el tratar de minar a las personas. Pero creo que eso va a ir a mejor y el nuevo parlamento seguramente va a entrar con mejor pie.
Después, hay gente que ha estado toda la vida en un partido y aún tiene ilusión en cambiar las cosas y entiende que hay que ir hacia delante. Cuando uno ve a los políticos desde el punto de vista de ciudadanos tenemos una imagen peor de la que deberíamos tener. La gente que se dedica a esto es muy entusiasta y aunque haya siempre ovejas negras, como en todos los sitios, los políticos deberían estar mejor considerados de lo que lo están en la actualidad.
¿Le gustaría entonces repetir como ministro?
Aún quedan muchas cosas por hacer. Si se me necesita, yo estoy dispuesto a seguir en el poder ejecutivo como ministro. Pero a la vez, quería ayudar en la campaña electoral y por eso me he presentado como diputado. El mayor honor para una persona que vive en democracia es representar a los ciudadanos. Desde ese punto de vista, estoy muy ilusionado con continuar ayudando en una u otra capacidad.
¿Qué le ha parecido su primera campaña electoral? ¿Le resultan agresivos los discursos de campaña?
Las campañas son algo completamente nuevo para mí a lo que no hubo mucho tiempo para adaptarme. Tienen sus dinámicas y uno hace reuniones con gente afín para que expandan idea o mensaje, algo que no había hecho en la vida. He visto gente muy entusiasta y sobre todo me ha dado la oportunidad de conocer los problemas de la gente visitando los pueblos de una zona en la que estoy empadronado. Me siento de allí.
Los debates específicos de la provincia de Alicante en general se han hecho con propuestas. La gran carencia ha estado en los debates a nivel nacional, en los que se ha dejado de hablar sobre las cosas importantes para España. Se han tratado de hacer con discursos negativos y me he sentido incómodo, pero no he tenido que participar.
¿Cuál es su valoración sobre los resultados de las generales? ¿Ha sido un premio al Gobierno del PSOE o más bien tiene que ver con los llamados votos castigo o votos del miedo?
No sé por qué vota la gente, pero sí hemos tratado de dar el máximo y demostrar que sabíamos llevar las cosas del Gobierno. No hemos podido hacer más dado el apoyo parlamentario que teníamos. Quiero pensar que nuestro hacer durante estos 10 meses ha dado a la gente la confianza para dar su voto.
¿Le preocupa el avance de la "ultraderecha"?
Se califica de "ultraderecha" diferentes cosas porque son diferentes fenómenos. Lo más importante de todo es que los votantes siempre tienen razón. Si votan será por algo y tenemos que ver qué problemas se están evidenciando. Tenemos que tratar de explicar lo mejor posible qué soluciones proponemos con respecto a estos.
Ciertamente en España hemos dado ejemplo de que la mayor parte de los votantes ha entendido que existen soluciones razonables y dentro del sistema normal para resolver los problemas que tenemos. España ha dado ejemplo con la última votación que es un país europeísta, y que aboga por la libertad y la solidaridad con otros países. Creo que ha salido bien, pero tenemos que seguir buscando soluciones.
¿Cuál ha sido según usted el mayor fracaso del Gobierno en estos diez meses?
No haber conseguido convencer a suficientes diputados como para que saliera el presupuesto. Este incluía medidas importantes y otras legales que aliviaban la situación de mucha gente. Teníamos que haber conseguido esto, pero es un fracaso de todos y teníamos que haber empezado antes la transformación de España. Pero bueno, no ha podido ser.
¿Cuál de los logros a los que ha hecho referencia destacaría?
Estamos muy orgullosos de haber conseguido aprobar algunas medidas legales en los últimos Consejos de Ministros de cara a reducir las cargas administrativas del sistema de ciencia, permitir la estabilización de contratos, arreglar la problemática de los préstamos renta, mejorar la evaluación de los currículums de las mujeres científicas... También destacaría la aprobación del Estatuto del Personal Investigador Predoctoral en Formación (EPIPF) o la equiparación de escalas entre científicos, que llevaba años sin resolverse.
¿Qué otros retos hay en Ciencia y que España aún no ha resuelto?
El reto principal es la inversión en I+D+i. Hay que incrementarla fuertemente, hay que llegar al 2,5% de los presupuestos y esto está incluido en el programa socialista. Sin embargo, hay que constatar que también existen cosas buenas y estas hay que preservarlas. El sistema de ciencia en España tiene una producción muy alta. Dentro de Europa, es el sistema que hace mayores cantidades de colaboraciones internacionales en los programas de Horizonte 2020.
Tenemos que reducir las cargas administrativas y mejorar condiciones para utilizar mejor el presupuesto y tenemos que incidir más es en el fomento a la innovación, que es donde estamos más abajo. Hemos hecho cambios y puesto en marcha programas importantes, pero tenemos que seguir incidiendo en que se produzca mas innovación y que a las empresas españolas les interese innovar y encuentren en el sistema de ciencia una ayuda. Esto se debe impulsar desde los poderes públicos.
El 26 de mayo son las elecciones europeas, ¿qué puede hacer Europa para mejorar en el ámbito científico y que, por ejemplo, se cree un 'Silicon Valley' propio?
Europa se ha dado cuenta. Gran parte de la producción científica en el mundo recae en Europa. Aquí se hace la mejor ciencia, pero en ese sentido, tanto en España como en Europa, aunque en menor medida, nos falta que la ciencia pase a la innovación y que esta innovación se transfiera a la sociedad. Por eso se ha creado un Consejo Europeo de Innovación específico y hemos cambiado la orientación de los programas: sin dejar de la do la ciencia, pero aumentando la innovación en grandes empresas, pero también en medianas y pequeñas.
¿Cuál es su propuesta para que los jóvenes científicos que se fueron con la crisis retornen al país y que otros que residen aquí no quieran marcharse?
Se debe hacer de forma razonable y sostenible. Solo con un incremento importante de la inversión I+D se podrá incrementar el sistema completo y hacer una selección correcta de los mejores, tanto dentro como fuera del país. Que quien quiera volver de sistemas extranjeros puede hacerlo, pero con una posición estable y con la seguridad de que tendrá algo tan bueno como lo que tiene y no peor. Además en el sistema tienen que entrar los puestos de investigador docente en las universidades. No solo los organismos públicos de investigación tienen que hacer un esfuerzo por atraer talento, sino también las universidades.
De hecho, su ministerio engloba también del departamento de Universidades. ¿Qué aspectos de la Universidad española urge modificar?
Urgente no hay ahora mismo nada porque tenemos un sistema universitario con una calidad media muy alta. Lo que hay que hacer es mirar hacia el futuro y cambiar la Ley de Universidades para que tengan una mayor posibilidad de evolucionar. Se debe abordar su financiación para que la gente tenga un incentivo de hacer las cosas bien. Hay que fomentar la investigación porque, aunque es buena, hay que hacer que llegue a más docentes.
Cuando usted ocupó el cargo se habían dado una serie de escándalos con los másteres de algunos políticos, tanto de su partido, con Carmen Montón, como de otros. ¿Cree que la corrupción en la Universidad española es un problema estructural o puntual?
Yo he mirado mucho y no he encontrado nada más. Había un instituto donde ocurrió esta gran anomalía y la verdad es que hemos mirado mucho y las universidades se comportan adecuadamente, siguen las normas y el esfuerzo se recompensa con los títulos. Estoy muy tranquilo de que esto se ha atajado a tiempo.