Podemos da un nuevo giro a su discurso sobre el independentismo catalán. En apenas dos meses desde la celebración de la consulta ilegal del 1 de octubre, la dialéctica del partido que dirige de Pablo Iglesias ha mutado hacia posiciones que ahora rozan el ataque directo hacia los dirigentes de los partidos secesionistas.
Tienen "planteamientos irreales (...) cercanos a lo mágico (...) que no tienen ni pies ni cabeza", afirmó rotundo este lunes el secretario de organización de Podemos, Pablo Echenique, tras la reunión de la Ejecutiva del partido en Madrid.
Apenas falta una semana para que arranque la campaña electoral para las elecciones del 21 de diciembre a la que la formación morada acudirá en coalición con el partido que dirige la alcaldesa de Barecelona, Ada Colau, y cuya cabeza de cartel será el hasta ahora portavoz de En Comú Podem en el Congreso, Xavier Domènech.
Precisamente, Podemos ha entregado su estrategia discursiva sobre el conflicto catalán a los intereses de Colau durante este tiempo, lo que le ha generado no pocos problemas a la hora de articular un relato para el resto de España. Ahora, la nueva consigna trata de mitigar los 'bandazos' cometidos a la hora de definir su posición respecto al secesionismo.
La formación que dirige Iglesias pasó de no apoyar el referéndum porque era una consulta ilegal y sin garantías, a dar su visto bueno como "movilización ciudadana" no vinculante -como votaron las bases de los comunes-.
Actualmente, el partido morado adopta una posición intermedia en la que rechaza tanto la declaración unilateral de independencia (DUI) como la aplicación del artículo 155 de la Constitución.
Respecto a la suboordinación de su discurso a los intereses del partido de Ada Colau, Simón cree que apenas tenía margen de maniobra, pero recalca la erosión que les supone. Una erosión que se acelera desde la asamblea estatal de Vistalegre II (que otorgó el poder orgánico a Iglesias) y el retorno de Pedro Sánchez a la secretaría general del PSOE.
Los datos del último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas CIS reflejan los malos augurios para el partido de Iglesias, que pierde voto joven y donde el secretario general aparece como el político peor valorado por los españoles, incluso entre los propios votantes de Podemos.
Incapaces de articular un discurso sobre la cuestión territorial y un modelo de Estado más allá de plantear el concepto de plurinacionalidad a través de una ruta por España en la que los principales líderes.
"Es un viraje que llega tarde. Tienes a los socialistas o a Ciudadanos que tienen posiciones mucho más duras sobre este tema. En el último CIS había un 4% de fuga de Podemos a Ciudadanos. Las fugas las están teniendo hacia formaciones con una posición territorial más sólida.
Ellos nunca han sido contundentes a lo largo de todo este proceso. A nivel estético, además, ellos se retratan más con los independentistas que con los otros partidos.
La formación morada siempre ha tratado de mostrarse como el partido que está en contra de los otros tres -lo que han venido a denominar el bloque monárquico desde su apoyo al discurso del rey Felipe VI el 4 de octubre-. "El problema es que eso te excluye de los consensos", apunta el politólogo Pablo Simón.
El partido de Colau en el Ayuntamiento de Barcelona, rompió el pacto con el PSC de Jaume Colboni.
La asamblea de alcaldes organizada en Zaragoza, Podemos se quedó sólo con los partidos nacionalistas e independentistas.
La repercusión en España
Eso hace que se escore cada vez más hacia el eje de nacionalistas e independentistas, lo que es útil si su expectativa es consolidarse en sus bases territoriales electorales como Valencia, Cataluña o Euskadi. Pero te deja en una situación muy difícil en el resto de la Meseta. Con un componente adicional que te hace muy vulnerable: Compromís hoy está contigo, los comunes y las mareas también, pero en las generales de 2019 puede ocurrir lo mismo y te quedas con las Castillas y Madrid.
Tendrían que haberse posicionado mucho antes.