La reaparición del fantasma de la tragedia del Yak-42 se cruza en el horizonte de Dolores Cospedal. La compatibilidad de los cargos de ministra de Defensa y secretaria general del PP es uno de los asuntos más debatidos en el seno de la formación de cada al Congreso Nacional de febrero. Cospedal ha mostrado en forma tajante su voluntad de seguir al frente en ambos cargos. Mariano Rajoy, en unas declaraciones desde Galicia, aseguraba que Cospedal "acredita méritos para desempeñar con éxito cualquier tarea y más de una también”. Horas después, el portavoz de Génova, Pablo Casado, mostraba su convicción de que las cosas pueden seguir como hasta ahora.
La irrupción del escándalo del Yak-42, tras el informe del Consejo de Estado en el que responsabiliza al Ministerio de Defensa del accidente en el que perecieron 62 militares, reabre las dudas en la formación sobre la posibilidad de compatibilizar un ministerio de Estado, como es el de Defensa, con las tareas de ‘número dos’ del partido. La ponencia de Política y de Estatutos que ha preparado el equipo que dirige Fernando Maíllo, vicesecretario de Organización, no modifica artículo alguno al respecto, es decir, se dejan las cosas como están hasta ahora, genéricas y laxas, a la espera de enmiendas que presenten los compromisarios. Se han escuchado ya algunas voces que plantean como imposible esta compatibilidad de cargos, especialmente por el perfil marcadamente institucional de la cartera en cuestión.
Cospedal ha reaccionado de forma inmediata a los últimos acontecimientos y ha anunciado su voluntad de reunirse la semana próxima con las familias de las víctimas, que se sienten preteridas, ninguneadas y engañadas por el Gobierno del PP. Algunos partidos de la oposición han reclamado la presencia tanto de la ministra de Defensa como del titular de Exteriores en sendas reuniones urgentes de las comisiones parlamentarias correspondientes. Y Cospedal ha pedido comparecer de forma voluntaria.
El informe de Morenés
Desde el entorno de Cospedal se recuerda que nada tiene que ver la actual titular de Defensa con aquellos episodios. Era Federico Trillo quien dirigía el departamento y fue Pedro Morenés el encargado de recibir el dictamen del Consejo de Estado, que se remitió al Gobierno el pasado octubre. Incluso algunos portavoces de los familiares han subrayado en las últimas horas que Cospedal está ajena a todos estos episodios.
En círculos del PP se subraya ahora que este hecho pone en evidencia la dificultad de compaginar los dos cargos. El partido queda parcialmente contaminado por estos episodios, ya que "no resulta tan sencillo poner una barrera entre los dos cargos, el de número dos de la formación y titular de Defensa", señala un dirigente del PP. "Es injusto, pero la política es así, y habría que evitar que situaciones de este tipo puedan volver a ocurrir", añaden. La decisión última está en manos de Rajoy. Tanto del cese de Trillo, tal y como demandan los familiares de las víctimas y grupos de la oposición en el Congreso, como de la continuidad de Cospedal en sus altas responsabilidades en el PP.