Pedro Sánchez está de nuevo a los mandos del PSOE, tras un paréntesis de casi ocho meses que van desde su dimisión el 1 de octubre hasta su victoria en las primarias del 21 de mayo. Es de nuevo el secretario general y después del 39 Congreso de este fin de semana tiene ya el equipo con el que dirigirá el partido con el ojo puesto en las próximas elecciones generales. Pero, hasta que llegue ese examen, tiene por delante una lista de retos. Estos son algunos:
1. Los congresos regionales
Una vez celebrado el Congreso federal, el proceso continúa con los cónclaves regionales y provinciales y en algunos ya suenan tambores de guerra entre Ferraz y las direcciones territoriales. Sánchez ha dicho que no va a cuestionar a los presidentes autonómicos en su labor institucional, pero no interferirá en los procesos internos: ni favoreciendo ni impidiendo que se presenten candidatos. Aunque en los últimos días ha lanzado mensajes que, según se han interpretado, apuntan en otro sentido.
El primero en el punto de mira es el valenciano Ximo Puig, cuyo rival en las primarias, el alcalde de Burjassot, Rafa García, fue elegido miembro de la mesa que ha presidido el 39 Congreso, un gesto que el presidente interpretó como un "ataque" que busca "debilitarle". En la presentación de su candidatura este lunes, Puig se ha rodeado de cargos que estuvieron con Sánchez en la pasada batalla interna, una imagen con la quiere mostrar que no se puede trasladar la pelea entre 'pedristas' y 'susanistas'.
Desde el entorno de Sánchez también se señala al presidente de Aragón, Javier Lambán, que todavía no tiene fecha para su Congreso, como otro de los 'barones' a los que se le moverá la silla. Mientras tanto, no hay el mismo nivel de hostilidad hacia los presidentes de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, el único que podrá asistir a las reuniones de la Ejecutiva, y el de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, aunque Sánchez está rodeado de sus críticos. Han entrado en la dirección la coordinadora de la rival en primarias de Vara y socialistas enfrentados con Page. Además como responsable de Política Internacional está el que según la prensa local es el candidato favorito del 'pedrismo' para liderar el PSOE canario.
2. La mayoría parlamentaria alternativa al PP
En su primer gran discurso, en la clausura del Congreso, Sánchez insistió en que su estrategia política pasa por buscar una mayoría alternativa al PP a través del acuerdo con Podemos y Ciudadanos. Aunque esto suene a moción de censura, los 'pedristas' admiten que no es posible en el corto plazo, pero, sin renunciar a ello, explican que se tratará de lograr pactos en políticas concretas con "las fuerzas del cambio".
El llamamiento del secretario general a Podemos y Ciudadanos, a través de un artículo en El Mundo, para que levanten sus vetos mutuos recibió un nuevo portazo de estos partidos en pocas horas, después de que en 2016 ya fracasara, pero Sánchez insiste en que deben ponerse de acuerdo. Incluso abrirá una mesa de coordinación parlamentaria, con una agenda concreta para empezar cambiando las políticas del PP.
3. Concretar su propuesta "plurinacional"
Uno de los cambios en su discurso más destacados en su vuelta. Nada más dejar la Secretaría General, defendió en una entrevista en Salvados que Cataluña es una nación y España, una nación de naciones, y así lo trasladó a su programa para las primarias, que fue aprobado este sábado por los delegados en el 39 Congreso. En concreto, quiere reformar la Constitución para, "manteniendo que la soberanía reside en el conjunto del pueblo español", poder "perfeccionar el reconocimiento del carácter plurinacional del Estado apuntado en el artículo 2 de la Constitución".
Los 'pedristas' defienden reformar el Título VIII del artículo 2 de la Constitución, que habla de la organización territorial, con el objetivo de reconocer ese "sentimiento" que constituye una "nación cultural"
Esa alusión al artículo 2 de la Carta Magna, que habla de "la indisoluble unidad de la nación española", ha preocupado a algunos socialistas, aunque cuando se presentó su programa definitivo, los 'pedristas' defendieron que no se trata de cambiar ese artículo, sino el Título VIII, que habla de la organización territorial, y que el objetivo es reconocer ese "sentimiento" que constituye una "nación cultural", sin Estado. Pero siguen las suspicacias: el PSOE andaluz ha preguntado este lunes si la plurinacionalidad implica que hay "españoles de primera y de segunda".
Al margen de esto, ante el desafío de la Generalitat, Pedro Sánchez ha querido dejar claro a Rajoy que apoyará al Gobierno en la defensa de la legalidad. Así lo ha reiterado este lunes su nuevo portavoz, Óscar Puente, que ha llamado a buscar soluciones sin tener que acudir al artículo 155 de la Constitución, que sería "una medida cruenta".
4. La negociación del techo de gasto
En el mes de julio, el Gobierno llevará al Congreso el techo de gasto para 2018 y el voto de los socialistas puede ser clave para que salga adelante. La Gestora decidió abstenerse y permitió que saliera adelante el techo de gasto para 2017 después de negociar con el Ejecutivo, que, a cambio, aceptó subir el salario mínimo interprofesional un 8% y aumentar el déficit público de las autonomías del 0,5% al 0,6% del PIB.
Moncloa sigue sin aplicar a las autonomías ese incremento que supone millones para sus gobiernos, siete de ellos socialistas, argumentando que el presupuesto todavía no ha sido aprobado. Y puede ser una medida de presión en la negociación del objetivo de 2018. Mientras tanto, la nueva dirección ya ha dejado caer que está abierta a hablar: el secretario de Organización, José Luis Ábalos, dijo la semana pasada que el partido tiene "alguna propuesta" para facilitar la negociación, buscando, eso sí, "ventajas para el pueblo español".
5. Mantener la tendencia de las encuestas
En el último barómetro del CIS, el PSOE recuperó el segundo lugar, por delante de Unidos y Podemos y Ciudadanos. Fue su tercera subida consecutiva en este sondeo, hasta el 19,9%, pero todavía lejos del 22,66% de las elecciones generales de junio de 2016. Sánchez se agarró entonces a esa comparativa y, mientras la Gestora sacaba pecho de la subida, pese a la abstención, el entonces candidato lamentó que siguieran por debajo del 20%.
Mientras tanto, las encuestas encargadas por los medios de comunicación antes de las primarias coincidían en que Sánchez tendría mejor valoración entre los votantes socialistas que Susana Díaz. Y un sondeo para El Mundo estimó que con este secretario general el PSOE podría alcanzar el 28,2%. El PSOE tocó suelo el pasado 26 de junio, con su peor resultado en democracia, con sólo 85 diputados.
6. Llevar la paz al Grupo Socialista en el Congreso
Si los pasados han sido meses de mucha división interna, el Grupo Socialista en el Congreso ha sido el lugar en el que los protagonistas de la fractura han estado más cerca. Han tenido que convivir en sus escaños y han discutido en reuniones de grupo 'contaminadas' por la batalla de las primarias, hasta el punto que el portavoz, Antonio Hernando, decidió suspenderlas durante la campaña.
Aunque una vez resuelta la elección, retomaron sus encuentros plenarios a puerta cerrada con tranquilidad e incluso 'patxistas', 'susanistas' y 'pedristas' se fueron de cena, la paz se irá viendo día a día cuando, además, se pongan en marcha todos los cambios en la dirección, en la que será la portavoz la juez Margarita Robles. En el debate de la moción de censura se vio a todo el grupo aplaudiendo la intervención de José Luis Ábalos, pero el trabajo parlamentario del nuevo PSOE, con plenos poderes, empieza ahora.
Robles, que no es militante y que votó 'no' en la investidura de Mariano Rajoy, rompiendo la disciplina como hicieron otros dos miembros de la nueva dirección de grupo, deberá tratar de cohesionar el grupo. Su 'número dos' será la vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra.