El escenario al que se están enfrentando los investigadores de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil y desde las diferentes instancias judiciales que sostienen el caso en torno a Víctor de Aldama, Koldo García y José Luis Ábalos -entre otros- es especialmente árido: un procedimiento mediatizado en el que, a diario, sus protagonistas o desde su entorno se lanzan valoraciones o aportan nuevas cargas probatorias. Por eso se considera que las pesquisas, pese a los informes ya entregados a la Audiencia Nacional, aún está en su momento álgido, y no se puede descartar en absoluto que aparezcan nuevas evidencias que sustenten las acusaciones vertidas por el intermediario, en el epicentro de la supuesta trama.

Víctor Gonzalo de Aldama ha manifestado su intención de colaborar con la Justicia en el esclarecimiento de los presuntos escándalos de corrupción que le rodean. Fue detenido el pasado mes de octubre por uno de ellos, relacionado con el supuesto fraude de 182 millones de euros con una red de hidrocarburos. Pero los mensajes intervenidos en su teléfono móvil sustentan, a ojos de la UCO, la definición de “nexo corruptor” en otros episodios que afectan directamente al Gobierno.

Aldama asegura que cuenta con pruebas para demostrar sus acusaciones de corrupción contra el exministro de Transportes y exsecretario de organización del PSOE, José Luis Ábalos, así como a Koldo García, quien fuera mano derecha de éste último. El intermediario aseguró en su reciente declaración ante el Tribunal Supremo que algunas de las adjudicaciones millonarias de Transportes contaban con ‘mordidas’ para “engrasar la máquina”; un término que definiría el pago de comisiones ilegales a funcionarios para que los empresarios se hicieran con las licitaciones.

Pero las declaraciones de Aldama también apuntan a favores personales, como las supuestas gestiones en torno al piso de Jessica, cercana a José Luis Ábalos, o al pago de considerables cantidades de dinero en efectivo a través de República Dominicana, con el hermano de Koldo García como intermediario.

Otros nombres

Víctor de Aldama ha deslizado además otros nombres en sus declaraciones que afectan a actuales miembros del Ejecutivo, como el de Ángel Víctor Torres, expresidente canario y ministro de Política Territorial. En concreto, el intermediario asegura que pagó pisos turísticos en Madrid donde se organizaban encuentros “con señoritas” a las que asistían tanto Torres como Ábalos. Un extremo que niega el propio ministro, anunciando la puesta en marcha de acciones judiciales contra el empresario.

Asimismo, Aldama -que gestionó en buena medida la llegada de la vicepresidenta venezolana a Barajas en el Delcygate- ha hablado de conversaciones que afectarían a otros dirigentes socialistas. Uno de los más sonados es el caso del jefe de gabinete de María Jesús Montero, o el de Santos Cerdán. Todos ellos han negado la mayor. Reyes Maroto, extitular de Industria, ha reconocido conversaciones con Aldama.

Pero hay más: el intermediario también ha deslizado detalles sobre un hipotético encuentro al que él mismo asistió en la azotea de un hotel de San Petersburgo con Begoña Gómez y Javier Hidalgo, CEO de Globalia. También asegura que vio “varias veces” a la esposa de Pedro Sánchez.

Los investigadores de la UCO se enfrentan a ingente información relacionada con el caso. La última providencia está relacionada con el teléfono encriptado de Víctor de Aldama, donde supuestamente guardaría conversaciones relevantes con varios miembros del Gobierno de Pedro Sánchez. A todo ello hay que sumar los dispositivos intervenidos en los sucesivos registros que se vienen practicando, como los que se localizaron en casa de Koldo García.

Terminal encriptado

Pero más allá de las habituales pesquisas de la UCO, marcadas por la discreción, los investigadores se están encontrando con un escenario totalmente mediatizado, según apuntan a Vozpópuli fuentes próximas al caso. Los principales actores de la causa -Víctor de Aldama, Koldo García y José Luis Ábalos, entre otros- protagonizan entrevistas y declaraciones que trasladan directamente a la opinión pública. También se intercambian acusaciones abiertas sobre el papel que cada uno de ellos habría desempeñado en la supuesta red que investiga la Justicia.

Víctor de Aldama asegura que cuenta con pruebas para demostrar cada una de las acusaciones. La Guardia Civil aún analiza las evidencias trasladadas hasta la fecha. Pero es habitual que en cada intervención pública se encuentren con nuevas afirmaciones del intermediario, salpicando a más personas en la causa. Y, ante cada una de ellas, asegura disponer de documentos que avalan su relato.

Por eso los investigadores de la UCO no descartan que en fechas próximas se presenten nuevos indicios que deberán ser analizados e incorporados en futuros informes. Porque aunque hasta la fecha se hayan presentado cientos de folios ante la Justicia, desde la unidad especializada de la Guardia Civil aún analizan nuevos dispositivos y documentos. La investigación se encuentra en su punto álgido.

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