De punta de lanza del nacionalismo más radical a freno de la Declaración Unilateral de Independencia (DUI) que Puigdemont pretendía imponer en e Parlament. El papel de la política vasca, del PNV en concreto, está siendo clave en el desenlace de la mayor crisis institucional de los 40 años de democracia española. La discreta intermediación de Iñigo Urkullu, lehendakari gracias al apoyo del propio PNV y del PSE-PSOE, ha sido determinante para trazar un salida que, si no contenta, al menos satisface a todas las partes: elecciones en Cataluña dentro de la legalidad española.
El nudo comenzó a desatarse en Vitoria en una reunión en Lehendakaritza, sede la de Presidencia del Gobierno vasco. Allí, Iñigo Urkullu recibió a una representación de empresarios catalanes que le solicitaron que mediase. El grupo de empresarios, en el que según publica El Periódico estaban Juan José López Burniol, Marian Puig, Emilio Cuatrecasas y Joaquim Coello, pidió al presidente vasco que intercediese entre el Gobierno de Mariano Rajoy y la Generalitat presidida por Carles Puigdemont.
Tras el encuentro, que Lehendakaritza ni confirma ni desmiente, Iñigo Urkullu trasladó su homónimo catalán la posibilidad de evitar la aplicación del 155 si él no proclamaba la DUI. Según cuentas fuentes cercanas a la mediación, la desconfianza entre los gobiernos central y autonómico es máxima, pero la presión de los empresarios relevantes que mantienen su negocio en Cataluña y la necesidad de encontrar una salida a un conflicto que abocaba al cese del Govern abrió la puerta a aceptar la propuesta.
Aprobar el 155, pero no aplicarlo
La 'vía vasca' pretende que el Gobierno de Mariano Rajoy pueda aprobar el 155 como medida que le permita actuar rápidamente si hay cualquier renacimiento de la deriva secesionista, pero que se comprometa a no aplicarlo a cambio de que Carles Puigdemont renuncie a la DUI y convoque elecciones para generar un nuevo escenario que permita el diálogo. Ese diálogo se enmarcaría dentro de la propuesta de reforma constitucional promovida por el PSOE y que cuenta con el beneplácito del PP y en ella tanto vasco como catalanes llevarían una propuesta conjunta de nuevo modelo de relación del Estado con estas comunidades históricas.
El PNV ya ha manifestado que no es partidario de la independencia de España pero sí de establecer una relación de bilateralidad entre su Gobierno y el español en una especie de convivencia entre dos entidades que se mantienen unidas pero con un nivel de autogobierno mayor del que ya disfrutan gracias a los derechos forales reconocidos en la Constitución.