España

PSOE y PP desbloquearán el CGPJ dejando fuera de la renovación a Unidas Podemos

El Ejecutivo reitera que se sienta a negociar con los populares sin líneas rojas y entre los morados está instalado el temor de que los socialistas negocien con Génova sin atender a la mayoría que sustenta la coalición

  • El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo.

Nada nuevo bajo el sol. Tras los avances en el diálogo entre el PSOE y el PP para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) asoman contrapartidas para que "la última oportunidad", en palabras del negociador popular Esteban González Pons, llegue a buen puerto. Y que, en el caso del lado socialista, supondría dejar a Unidas Podemos fuera del pacto, como anhela el PP, que no quiere a nadie sentado en el Poder Judicial afín a las ideas de los partidos que sustentan al Ejecutivo en el Congreso.

Precisamente, entre los morados, ya está instalado el temor de que Ferraz acuerde con Génova a sus espaldas. Por mucho que Podemos desdijera este martes a su portavoz, Pablo Fernández, y respaldara al socialista Félix Bolaños como voz autorizada para trasladar sus demandas al PP, las fuentes gubernamentales de Unidas Podemos consultadas son claras. Y ven al PSOE girando una vez más hacia la derecha, como cuando se conoció el aumento del gasto en Defensa un 25% en los presupuestos generales.

La vicepresidenta segunda, y líder de Unidas Podemos en Moncloa, Yolanda Díaz, se reunió este lunes con su colega Irene Montero y con el resto de líderes del espacio morado, para trasladarles lo que el PSOE abordó con el PP esa misma mañana en Moncloa. Y estas mismas fuentes explican que Yolanda Díaz alertó en ese encuentro de que hay que prepararse para que los socialistas cierren con el PP el acuerdo del CGJP sin contar con ellos.

El mutismo

En el lado socialista del Gobierno casi todo es mutismo. El mantra que repiten las fuentes consultadas es que negocia con el PP "sin condiciones". De manera que se abre a aceptar algunas de las reclamaciones de Génova. Los populares empiezan a dar por hecho que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se abrirá a reformar el sistema de elección de los vocales a cambio de pactar los nuevos nombramientos, que se ajustarán a los perfiles de independencia y reconocido prestigio. Y es que, por si cabía alguna duda, esto del CGPJ va de nombres.

La presión arrecia en Moncloa, que asegura que no esperaba la renuncia del presidente del Poder Judicial, Carlos Lesmes, antes de la fiesta nacional del 12 de octubre. El núcleo duro de Sánchez vende que al presidente no le quedó más remedio que remangarse y orillar un acuerdo porque la renuncia de Lesmes es "de una gravedad extraordinaria". No es menos cierto que el líder socialista se juega su imagen internacional en estas. Los tirones de orejas desde Bruselas por la falta de acuerdo para la renovación se han sucedido en las últimas semanas. Y Sánchez no quiere nada que pueda enturbiar la presidencia española del Consejo de la Unión Europea, en el segundo semestre de 2023.

El PP construye el relato

De momento, Moncloa deja que sea el PP el que construya el relato sobre la negociación. El Gobierno no quiere focalizar el debate en las discrepancias con Génova, sino en los márgenes de entendimiento. Por eso, no explica con claridad qué es lo que ha cambiado para que tras cuatro años, el Ejecutivo vea opciones reales de acuerdo. En verdad, en Podemos perciben que el presidente puede estar barruntando poner fin a la coalición. Los morados saben que las opciones de Sánchez son cada vez más limitadas. La obsesión es, por el momento, sacar adelante las cuentas en el Congreso para que entren "en tiempo y forma" el 1 de enero.

Pero mirar más allá de esa fecha, es asomarse al precipicio de un final abrupto de Legislatura que tiene a los principales partidos del país trabajando en todos los escenarios posibles. Y la crisis en el Gobierno catalán no es más que otro termómetro con el que mirar el fin de la aventura de la coalición a los mandos del país. Casi nadie oculta en privado que la salida de Junts del Ejecutivo de coalición con ERC ha estado avivada por el expresidente catalán Carles Puigdemont, quien ve al PP y a Vox gobernando ya en Moncloa y alimentando la fábrica de independentistas que necesita para que los suyos vuelvan a ser hegemónicos. Las togas se cantan y la política baila.

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