El rey Juan Carlos I realizó una retirada de cinco millones de euros de su cuenta suiza antes de que la cerrase en verano de 2012. Este reintegro se produjo tras el accidente que el emérito sufrió en Botsuana y que supuso el fin de la relación entre el Rey y el banco Mirabaud, ya que la entidad suiza mostraron su inquietud por la existencia del fondo en el que se gestionaban los 64,8 millones recibidos por el rey de Arabia Saudí.
Según los documentos a los que ha tenido acceso El Confidencial, el emérito además habría conseguido un gran beneficio económico con la cuenta en la entidad suiza. Y lo hizo a pesar de las continuas retiradas de efectivo. En concreto, gracias a una rentabilidad anual de hasta el 7,7% (en el año 2009), el saldo de la cuenta nunca bajó de 60 millones de euros.
Este último dato da respuesta a una de las interrogantes que habían surgido con la ya famosa cuenta suiza del emérito. ¿Cómo era posible que la cifra con la que se abrió la cuenta fuese prácticamente la misma que cuando se cerró, aún habiéndose realizado retiradas periódicas de efectivo por valor, cada una, de 200.000 o 300.000 euros? La respuesta es la rentabilidad anual. Y es que hay que recordar que el dinero que el emérito 'donó' a su examante Corinna fue de 65 millones de euros
Respecto a los reintegros de efectivos, sólo en el año 2012, Juan Carlos I sacó un total de 4.912.870 euros, tal y como refleja el dosier de Mirabaud en el que aparece su firma y la frase escrita por él mismo "en prueba de conformidad, 13 de junio de 2012".
[Dante Canónica introdujo en España dinero de la cuenta suiza de Juan Carlos I]
Inversiones en activos financieros
El Confidencial también detalla que en esos primeros seis meses de 2012, la fortuna del emérito creció en 1.465.296 euros. Lo hizo gracias a la inversión en activos financieros, como bolsa y ETF, de su patrimonio oculto. Así, en ese periodo, y con una rentabilidad del 2,14%, el saldo de su cuenta en Suiza era de 66.265.293 euros. De esa cantidad, 10.602.991 estaban invertidos en acciones y fondos (en concreto, 1,3 millones, en un ETF de Morgan Stanley).