El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, barajó unificar los ministerios de Interior y Justicia en la reciente remodelación del Ejecutivo y dejar ambos departamentos en manos de la actual ministra de Defensa, Margarita Robles, según desvelan fuentes gubernamentales a Vozpópuli.
Esta posibilidad, que hubiera supuesto la salida de Fernando Grande-Marlaska de Interior, estuvo sobre la mesa de Sánchez pero finalmente se descartó. En todo caso, las citadas fuentes indican que esto último fue antes del pasado sábado en el que se desencadenó la crisis de Gobierno, la más profunda desde que el PSOE llegó al poder en junio de 2018.
De haberse llevado a cabo este plan, Sánchez hubiera repetido la experiencia del último Gobierno de Felipe González, en el que Juan Alberto Belloch asumió la doble condición de ministro de Interior y Justicia durante dos años, entre mayo de 1994 y el mismo mes de 1996.
Precisamente, Robles fue la secretaria de Estado de Interior con Belloch en esa etapa, de la que la actual ministra de Defensa guarda muy bien recuerdo cada vez que se le pregunta, de ahí que su nombre haya sonado en varias ocasiones para dirigir las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado desde que Sánchez llegó al poder hace tres años.
La primera oferta de Sánchez
Robles estuvo cerca de convertirse en ministra del Interior tras la moción de censura. Así lo había pactado con el líder del PSOE tras la salida de Mariano Rajoy, pero al enterarse de que Dolores Delgado iba a ir a Justicia, se plantó. Ambos ministerios exigen una importante coordinación -aunque siempre hayan estado separados salvo en el citado período de Belloch- y el hecho de que Delgado fuese una fiscal muy próxima a Baltasar Garzón, hizo que Robles plantease a Sánchez sus dudas por la enemistad que arrastraba desde los noventa con el exmagistrado de la Audiencia Nacional.
La solución que ideó Sánchez en el último instante fue descartar a Constantino Méndez al frente del Ministerio de Defensa cuando su nombramiento ya se había dado por hecho en la Moncloa y colocar a Robles al frente de los ejércitos, con el aliciente de que el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) volviese al organigrama de este ministerio.
Para esta ocasión, en Moncloa también se barruntó la posibilidad de que Robles pasase a ocuparse de Interior y que la presidenta del Senado, Pilar Llop, se encargase de Defensa con Félix Bolaños en Justicia, pero este plan tampoco fructificó.
Varias fuentes militares consultadas por Vozpópuli señalan que algunos altos cargos de Defensa empezaron a deslizar hace algunas semanas que habría una mudanza de ministerio, pero también admiten que el viernes antes de la crisis de Gobierno no hubo ningún indicio de que el equipo de Robles se fuese a cambiar de ubicación. Los asuntos ordinarios que se despacharon ese día se hicieron con total normalidad.
Una de estas fuentes apunta que la ministra de Defensa recibió el sábado una llamada de Sánchez para indicarle que había pensado en ella para dirigir Interior en sustitución de Marlaska, si bien la conversación no llegó a buen puerto y ambos ministerios se quedaron como estaban. En todo caso, una portavoz de Robles señaló a este periódico que esa descripción de los hechos es "rotundamente falsa".
Un "honor" seguir en Defensa
Robles reconoció este lunes el "honor y orgullo" que le produce seguir en el cargo tras la remodelación del Gobierno realizada por Sánchez y garantizó que su único objetivo es trabajar para que "España sea cada día mejor".
La ministra hizo hincapié en que su "apuesta" en Defensa es "trabajar por España" para que "cada día sea más grande y mejor". En este sentido, elogió la labor de los 120.000 hombres y mujeres que componen las Fuerzas Armadas y su "entrega, emoción y dedicación", tanto dentro de España como en las misiones internacionales en las que participan.
"Los ciudadanos saben que pueden estar tranquilos porque vamos a seguir trabajando cada día para hacer una sociedad mejor, más justa y en la que todos podamos pensar lo que queramos pero con un objetivo común: hacer vida más fácil y mejor para los españoles y, también, en el resto del mundo", zanjó.