La Policía Nacional y la Guardia Civil tienen deberes para este año. Los mediáticos casos de Sandra Bermejo, Esther López, William Bonilla o Mohamed Abdeselam buscan respuesta entre complejas investigaciones que se encuentran en diferentes puntos, según afirman fuentes policiales a Vozpópuli. Algunas de estas diligencias están siendo complejas y largas pero otras están cerca de llegar a su final.
El caso que más se está prolongando en el tiempo es el de la joven de Traspinedo (Valladolid) Esther López. El foco de la opinión pública rápidamente se centró en la desaparición, el 13 de enero, de esta joven. Tras semanas de búsquedas, su cadáver fue localizado en una cuneta el 5 de febrero. La autopsia no dejó ninguna duda: fue atropellada y murió a la intermperie abandonada a su suerte.
La última persona que la vio con vida, su amigo Óscar, es el principal sospechoso y centra las diligencias de los investigadores. Una de las claves del caso es la geolocalización del teléfono móvil de Esther López que la sitúa, momentos antes de su muerte, en la misma red que la casa de su conocido.
Seis meses más para saber qué pasó con Esther López
El Juzgado de Instrucción número 5 de Valladolid ha decidido ampliar seis meses más las diligencias. El plazo de las mismas vencía este 19 de enero. Una decisión que contó con el respaldo de la defensa del principal investigado y de la Fiscalía.
La magistrada, Soledad Ortega, espera recibir en estos meses el resultado de dos diligencias de investigación acordadas que están suponiendo un quebradero de cabeza para los agentes encargados del caso de la Guardia Civil. Todas estas pesquisas van orientadas a conocer el recorrido del coche de Óscar durante la noche de la desaparición de Esther López.
Según el oficio de la Guardia Civil, al que tuvo acceso Vozpópuli, la mañana siguiente a la desaparición de la joven su amigo fue a lavar el coche y realizó dos veces el camino de Valladolid (su casa) a Traspinedo, donde tiene una finca su familia. En uno de los viajes puso el móvil en modo avión y en el otro dejó su dispositivo en casa. Actitudes cuanto menos sospechosas para los agentes que se encargan del caso.
Sandra Bermejo: ¿Suicidio o algo más?
Otro de los casos mediáticos que buscarán respuesta este año es el de la psicóloga Sandra Bermejo que desapareció en Cabo de Peñas (Gijón). Sus familiares ya conocen su trágico fallecimiento y han podido recuperar su cadáver tras casi dos meses de una angustiosa búsqueda.
La madrileña, vinculada con grupos esotéricos, se trasladó a la zona montañosa coincidiendo con la luna de sangre. Según estos círculos, el eclipse lunar sirve para aprovechar las fuertes energías y llevar a cabo rituales para atraer la buena suerte y el amor.
No se sabe qué puedo suceder esa noche. Los agentes de la Policía Nacional de Gijón mantienen que fue una desaparición voluntaria, una hipótesis que es descartada de forma radical por su familia. Sus allegados han pedido al juzgado que se encarga de la instrucción nueve diligencias para aclarar las circunstancias de su muerte.
Su entorno reitera que Sandra Bermejo no estaba sola la noche de su desaparición. El estado de sus restos no servirán para encontrar respuestas. Una vez confirmado que el cadáver ha sido localizado, gracias a las pruebas de ADN que la identificaron, será determinante conocer si los juzgados deciden cerrar el caso o ampliar las pesquisas en torno a la muerte de esta madrileña.
El brutal asesinato de un niño en Ceuta
Mohamed Abdeselam, de 8 años, fue localizado muerto en un terraplén de la barriada de Loma Colmenar en Ceuta. La última pista es que estaba jugando con unos amigos en unas pistas deportivas cercanas. Su angustiosa búsqueda solo duró unas horas.
No falleció de forma accidental. Su cadáver tenía un fuerte golpe en la cabeza con un objeto contundente y múltiples contusiones. Había huellas de tres personas en su cuerpo. La investigación de la Policía Nacional se centra en sus amigos. Eran más mayores que él.
La familia del pequeño está destrozada y buscan respuestas para el terrible crimen. Los agentes encargados del caso ya han tomado testimonio a su círculo cercano, que estuvieron con él en las horas previas a su muerte. La conclusión podría conocerse este mismo mes.
William, el último muerto de la guerra de bandas latinas en Madrid
William Bonilla acababa de cumplir 15 años. Solía 'parar' en el pequeño parque situado frente a su casa en la calle Angosta del madrileño barrio de Villaverde. Una noche de diciembre recibió un tiro en la nuca. ¿El motivo? Su presunta pertenencia a la banda de los Trinitarios.
Este adolescente es la última víctima de la guerra de bandas latinas que quieren mantener viva los Dominican Don't Play (DDP) y los Trinitarios en Madrid. Unos grupos que cada vez se encuentran más organizados y cuentan entre sus filas con menores de edad, a los que captan, como si de una secta se tratara, para que cometan sus delitos.
Los asesinatos de bandas de 2022 en Madrid fueron resueltos por la Policía Nacional y sus autores ya se encuentran en la cárcel. Falta solo por conocer quién fue el autor de los disparos que acabó con la vida de William. Las investigaciones van encauzadas pero faltan por rematar los últimos vestigios.
