La segunda sesión del juicio a la cúpula de los Mossos durante el 1-O sirvió para evidenciar la realidad de que el día de la consulta hubo agentes que se guiaron por su ideología independentista y no atendieron a las órdenes judiciales de evitar el referéndum. Lo admitió el exjefe del cuerpo José Luis Trapero, quien verbalizó que aquel día hubo efectivos que no actuaron como debían “por motivaciones ideológicas”.
No obstante, Trapero minimizó el problema de estos mossos soberanistas que supeditaron la ley a su ideología y reivindicó que la orden que tenían los ”7.850 agentes” que salieron a la calle el 1 de octubre de 2017 tenían la orden de evitar la consulta. “Dentro del colectivo no sé si 10 ó 20 ó 100, dudo que muchos más, algunos por motivaciones ideológicas, hayan hecho menos, eso lo tengo que asumir (...) el objetivo era evitar el referéndum lo cual no quita que haya personas que no hayan estado a la altura”, declaró.
El mando contestó así ante la oleada de preguntas que el fiscal Miguel Ángel Carballo le realizó en un minucioso interrogatorio de cuatro horas -sumadas a las cuatro del lunes- que incluyó la lectura de decenas de comunicaciones internas de los agentes el día de la consulta. El Ministerio Público usó este recurso para poner de relieve que los mossos estaban desbordados. Trapero se despojó de la responsabilidad de estos mensajes y dijo que hacen referencia a hechos muy concretos de los que no se puede sacar una conclusión general sobre la actuación del cuerpo.
"Comuniquen las UIP"
Justificó una de ellas en las que se escuchaba a los mossos dar prioridad a seguir los movimientos de las furgonetas de la Policía Nacional (“Nada más comuniquen las UIP”) que ya a esa hora había decidido actuar por iniciativa propia en los colegios electorales al apreciar pasividad en sus compañeros de la policía catalana. Según Trapero, es normal que se produjese esa orden ya que las fuerzas de seguridad del Estado estaban incumpliendo el acuerdo al que habían llegado.
A partir de ahí, insistió de nuevo en la idea en la que está basando buena parte de su estrategia de defensa: pudieron cometer errores, pero eso no quiere decir que tuviesen voluntad de permitir el referéndum. Este martes usó una fórmula distinta: “No poder no quiere decir que no se quiera”.
Carballo se dejó las últimas preguntas para abordar el presunto plan elaborado por los Mossos para detener a Puigdemont en caso de que declarase la independencia unilateral. Eso es algo que desveló Trapero en el juicio del procés cuando acudió como testigo al Tribunal Supremo. El fiscal le preguntó por qué no contó eso cuando tuvo que declarar como investigado en fase de instrucción en la Audiencia Nacional. Además se interesó acerca de si cuenta con algún documento que pueda acreditar la existencia de ese plan.
Detener a Puigdemont
Trapero, con la ayuda de su abogada, Olga Tubau, dejaron claro que la cúpula de los Mossos se puso a disposición de la Fiscalía y del Tribunal Superior de Justicia, pero no quedó claro hasta qué punto ese plan estaba elaborado. El acusado Trapero se quedó en garantizar que remitió un correo encargando a sus subordinados un plan al respecto después de temer que la Generalitat fuese adelante con su plan rupturista. “Yo encargo un plan por escrito al señor Ferrán López y lo que hay se ha aportado a la causa”.
En otro momento de su interrogatorio, Trapero admitió que sintió una "tristeza enorme" al conocer que la Audiencia Nacional le investigaba por un delito de sedición por su actuación en el asedio a la Consejería de Economía de la Generalitat el 20 de septiembre de 2017 porque considera que es "injusto" que le imputasen por hacer su trabajo "lo mejor" que pudo. "Me provoca una tristeza enorme que un mando de policía tenga que escuchar las cosas que hemos llegado a escuchar, que hemos hecho y no hemos hecho", zanjó. Su interrogatorio continuará este miércoles ya con las preguntas de su letrada.