El lehendakari, Iñigo Urkullu, se propone asentar la "cultura de la paz y pluralismo" en el País Vasco y aboga por una nueva política penitenciaria, con el fin de que cada preso cumpla prisión en su comunidad autónoma. Además, ha pedido que se complete el Estatuto y se acorde "un nuevo estatus político que reconozca la realidad nacional" vasca y la relación bilateral con el Estado.
En un encuentro digital de Europa Press, Urkullu ha puesto el énfasis en el ámbito de la convivencia, "un objetivo especialmente relevante en el País Vasco". En este sentido, ha recordado que "hace dos años se produjo la disolución de ETA con carácter unilateral y definitivo".
"El asentamiento de una cultura de paz, convivencia y respeto al pluralismo y los derechos humanos es una realidad enraizada en nuestra sociedad. Tenemos tareas pendientes", ha reconocido.
En este sentido, ha destacado que quedan por completar "los procesos de reconocimiento y reparación de las víctimas y compartir una memoria crítica sobre el terrorismo y la violencia, particularmente sobre ETA".
Además, cree que hay que "promover una nueva política penitenciaria", y ha destacado que "cada persona presa debería estar encarcelada en su comunidad autónoma", ahora también por razones de salud pública, en alusión a la pandemia del coronavirus y el efecto que también ha tenido en los centros penitenciarios, en los reclusos y en su entorno.
El objetivo es, por una parte, completar el Estatuto de Autonomía de Gernika, todavía incumplido tras más de cuatro décadas"
A su juicio, se tiene que "asentar y fortalecer la convivencia y, más allá de la coexistencia, va a seguir siendo una prioridad de nuestro proyecto de futuro".
Autogobierno
También ha subrayado que otra de sus prioridades es el autogobierno. Por ello, ha explicado que, tras los trabajos en el marco de la ponencia de autogobierno del Parlamento Vasco, se afronta "la culminación de un nuevo Acuerdo o Pacto para el futuro político de el País Vasco".
El lehendakari ha destacado que "el objetivo es, por una parte, completar el Estatuto de Autonomía de Gernika, todavía incumplido tras más de cuatro décadas" y, por otra parte, "acordar un nuevo estatus político de futuro que reconozca" la "realidad nacional, la singularidad del autogobierno vasco, asiente una relación bilateral con el Estado y favorezca la presencia y proyección internacional de el País Vasco".
Su pretensión es responder "a una forma de hacer política y construir país asentada en el diálogo, la negociación y el pacto".