Los presos de ETA renuncian a los ongi etorri de carácter público para no añadir sufrimiento a las víctimas del terrorismo. Este anuncio, conocido el lunes, ha recibido un sinfín de aplausos provenientes de todo el espectro político y mediático, incluso desde sectores que nunca han sido críticos con este tipo de homenajes a ex reclusos. También son muchos quienes se atribuyen ahora haber conseguido que se produzca esta noticia. Lo cierto es que el fin de los ongi etorri es en gran medida fruto del esfuerzo de diferentes colectivos de víctimas de ETA.
Las hemerotecas no mienten. Durante no pocos años asociaciones como Covite, la AVT, la Fundación Buesa, Gogoan o Anvite eran las únicas que hablaban de forma permanente del agravio que suponían los ongi etorri para los damnificados por el terrorismo. La petición de que estos actos terminasen era una de sus líneas de trabajo. Contra viento, marea y decisiones judiciales o políticas. En algunos momentos parecían predicar en el desierto.
Diversas fuentes de los colectivos de víctimas señalan a Vozpópuli dos factores que a su juicio han resultado decisivos para lograr que el propio colectivo de presos de ETA haya anunciado este paso. El primero es precisamente la perseverancia en la denuncia de este tipo de recibimientos. El segundo, que va de la mano del anterior, es llevar a las instituciones la reclamación de que los ongi etorri dejasen de celebrarse.
Un activismo continuo
Abundan los ejemplos de su activismo contra los recibimientos multitudinarios a reos etarras. Durante el último lustro el Observatorio de Radicalización de Covite ha ido contabilizando todos y cada uno de estos actos como una muestra más de enaltecimiento del terrorismo. Este mismo colectivo llevó el caso ante la ONU para pedir que estos homenajes cesasen porque humillaban a las víctimas.
Hasta hace unos días solo Bildu se negaba a ponerse en contra de los ongi etorri. Y solo Bildu se negaba a respaldar las múltiples iniciativas tanto de los partidos como de los colectivos de víctimas que denunciaban sentirse humillados por esos actos
En el último año varios ayuntamientos del País Vasco como San Sebastián, Vitoria o Zarauz han votado una moción sobre el final de estas prácticas en el espacio público. Como en su día contó Vozpópuli, el texto que se votaba, sobre "los victimarios en el espacio público", era obra de la Fundación Buesa, Gogoan y Elkarbizi. En dicho documento ya se abogaba por "poner fin a los homenajes públicos a miembros de ETA".
Este mismo verano, cuando los ongi etorri parecían rebrotar pero a las puertas de las cárceles, todos estos colectivos volvieron a insistir en que este tipo de actos eran inadmisibles porque servían para legitimar a los terroristas. Inadmisibles se celebrasen en la plaza del pueblo del etarra o en una explanada junto a la prisión.
Por todo ello, no es de extrañar que estas asociaciones celebren el presunto final de las ongi etorri en el espacio público que han reclamado los propios presos de ETA. Una reclamación que, como es obvio, solo ha sido posible gracias a la presión de los citados grupos. Así, Covite aplaudía el gesto aunque pedía más "hechos" a la izquierda abertzale (no llamar "presos políticos" a terroristas, acabar con otras reivindicaciones en el espacio público o no homenajear a etarras muertos).
La AVT mostraba su "alivio" pero admitía sentir "escepticismo" por la no colaboración para esclarecer todos los crímenes sin resolver. Y desde la Fundación Buesa, Gogoan y Elkarbizi celebraban lo sucedido como una "victoria ciudadana" que no obsta para "seguir reflexionando sobre la consideración social hacia los victimarios".
Todos menos Bildu
La mayoría de los partidos del País Vasco -PNV, PSE, Podemos, PP y Vox- también han sido beligerantes contra estas celebraciones por la salida a la calle de los reos etarras. Cada vez que había noticia de uno de estos actos, las condenas eran casi unánimes entre los partidos con representación en Euskadi. Solo Bildu se negaba a ponerse en contra de los ongi etorri. Y solo Bildu se negaba a respaldar las iniciativas tanto de los partidos como de los colectivos de víctimas que denunciaban sentirse humillados por esos actos.
No hay que irse muy lejos para encontrar cómo incluso Bildu reprochaba su actitud a las asociaciones por sus críticas a los recibimientos. Arnaldo Otegi y los suyos defendían este tipo de actos hasta hace un mes y medio. Entonces, en la declaración del pasado 18 de octubre, daban a entender que ayudarían a acabar con estas prácticas. Pero su postura tampoco estaba clara, porque solo hace dos semanas, el pasado 11 de noviembre, los bildutarras defendían en el Parlamento vasco los ongi etorri al no considerarlos actos de homenaje.
Ahora, los propios presos de ETA piden acabar con estas prácticas. Y los líderes de Bildu y Sortu dan a entender que han sido decisivos en este posicionamiento.
