La derrota de las elecciones catalanas ha dejado un rastro de profundas heridas en el PP catalán que tardarán en cicatrizar. Buena muestra de ello es la actitud mostrada este martes por Xavier García Albiol, candidato del PP a la Generalitat, quien se mostró radicalmente en las antípodas a la versión del ministro de Justicia sobre la imputación de Artur Mas.
Mas estaba acabado tras fracasar en su empeño de ganar el plebiscito en el que quiso transformar las autonómicas del domingo
Deslizó Albiol, en entrevista con esRadio, que hay 'demasiadas casualidades' en todo este episodio. Cosas que no encajan y asuntos que no cuadran. El dirigente del PP señaló, por ejemplo, que el Tribunal se haya tomado casi un año para llamar a declarar al presidente catalán, ahora en funciones, a su entonces vicepresidenta y a la consejera de Educación. En todo este larguísimo lapso, tan sólo fueron citadas dos directoras de colegio y un funcionario. Y anotó también Albiol la extraña circunstancia de la fecha elegida por el instructor para que Mas deponga ante el Tribunal. El 15 de octubre, 75 aniversario del fusilamiento del expresidente Lluís Companys, quien se sublevó contra la República y cayó luego en manos de las tropas franquistas. ¿Casualidad? No cree Albiol en tales cosas, y así lo comentó este martes en la entrevista radiofónica.
Todos estos puntos oscuros en la iniciativa judicial le huele raro a Albiol, y en efecto, la unánime reacción victimista del nacionalismo, convirtiendo a Mas en una especie de protomártir, a la Justicia en una ejecutora implacable de los planes del Gobierno y a Madrid en la garra opresora del proceso, así lo testifican. Mas estaba políticamente periclitado tras fracasar en su empeño de ganar el plebiscito en el que quiso transformar las elecciones autonómicas del domingo.
La versión oficial
Los argumentos de Albiol marchan en la línea totalmente contraria a las del titular de Justicia, quien se atuvo a la línea oficial sobre que los tiempos de la Justicia no deben entorpecer los de la política y que resulta lógico que no se haya llamado a declarar a los tres dirigentes catalanes hasta después de los comicios. Pero han tenido once meses para hacerlo sin rozar el calendario electoral, apunta Albiol. "Es una buena excusa para quienes defienden el independentismo" que ahora podrán salir de nuevo a la calle "a organizar manifestaciones y numeritos para ir de víctimas".
Albiol está irritado, se le reclutó improvisadamente a finales de julio para la misión imposible de evitar que el PP cayera de 19 a cinco escaños
El PP catalán está muy ofendido por la actitud del Gobierno durante las elecciones. El candidato de los populares se vio prácticamente sólo en la noche electoral y tampoco durante la campaña recibió más apoyos que los ostensibles de Rajoy y algún que otro ministro que se dejó caer como un elefante en cacharrería. Léase el caso de Margallo, protagonista del estrepitoso cara a cara con Junqueras y su famosa comparación de Cataluña con Argelia.
La figura del propio instructor de la causa mueve e todo tipo de elucubraciones. Joan Manel Abril fue elegido miembro del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña a propuesta de CiU, ERC, IU y el PSC. Ciudadanos y el PP votaron en contra. Este magistrado fue en su día asesor jurídico del Ayuntamiento barcelonés con un alcalde socialista.
Albiol está irritado, se le reclutó improvisadamente a finales de julio para la misión imposible de evitar que el PP cayera de 19 a cinco escaños y logró mantenerse en los dígitos, algo que pese a ser una proeza, el partido no ha sabido transmitir con acierto. En su cuartel general no se derriten precisamente en elogios del nuevo equipo de Génova, con Jordi Moragas a la cabeza. Ni, desde luego, de los miembros del Ejecutivo. Ahora Albiol, que ha defendido con ahínco la labor de sus compañeros catalanes, incluso contra los comentarios de Aznar, aspira a ponerse al frente del PP en su comunidad en el congreso que habrá de celebrarse después de las generales, según se apunta desde su entorno. Su crédito está intacto y su figura, dentro del partido, ha subido muchos enteros por su entrega en los comicios y por dar la cara incluso en los momentos más penosos tras la derrota. Por eso no le importa discrepar abiertamente con un ministro que no siempre resulta certero a la hora de emitir comentarios.
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