El Alto Representante de Política Exterior de la UE, Josep Borrell, ha confirmado desde Bali (Indonesia) que asistirá a la cumbre de ministros de Exteriores del G20, aunque ha matizado que "no está prevista" ninguna reunión con el jefe de la diplomacia de Rusia, Sergei Lavrov, que también acudirá al mismo foro.
Borrell ha afirmado que el encuentro del G20 será una oportunidad para "discutir sobre las causas y consecuencias" de la guerra en Ucrania, que "está enviando ondas de choque en todo el mundo", desde una mayor inseguridad alimentaria a un encarecimiento de la energía. La UE ha adoptado hasta la fecha seis paquetes de sanciones contra Rusia como medida de presión.
Pese a que el gas no se ha visto afectado por estas medidas, el suministro está cayendo "aceleradamente" y "ya está por debajo del 30 por ciento", según Borrell, que se ha dirigido a los periodistas durante una visita a la sede del Centro de Satélite de la Unión Europea, en Torrejón de Ardoz. "Todos los países están haciendo lo que pueden para buscar fuentes alternativas", ha añadido.
Borrell ha aclarado que no hay ningún problema de suministro de gas en Europa y que la UE trabaja para "cualquier eventualidad", pero cree que en "momentos de tensión" hay que apostar también por el ahorro energético, "una de las piezas clave de una economía sana" y de una "lucha eficiente" contra el cambio climático. En este sentido, ha declarado que "no debería ser ninguna novedad" hablar de consumir menos, tensiones políticas aparte. Asimismo, ha recordado que también la economía de Rusia está sufriendo "un golpe muy duro" como consecuencia de las sanciones, ya que "cualquier indicador económico está en caída libre".
Crímenes de guerra
Borrell ha abogado por un compromiso "intenso" con Ucrania, un país con el que la UE ya tiene un importante acuerdo de asociación que las dos partes quieren llevar ahora a un nuevo nivel, el de la adhesión plena de Kiev al bloque comunitario. Ucrania cuenta ya con el estatus de candidato desde el Consejo Europeo celebrado en junio.
El Alto Representante ha puesto en valor el Centro de Satélites de la UE precisamente para recabar datos de contextos como el ucraniano, en la medida en que fueron las imágenes satélites las que permitieron captar lo que estaba ocurriendo en localidades como Bucha, cerca de Kiev, antes de que las tropas rusas abandonaran la zona.
Las imágenes permitieron captar los cadáveres en la calle y saber "desde cuándo estaban", por lo que serán "de enorme importancia" de cara a las investigaciones ya en marcha sobre crímenes de guerra y otras violaciones del Derecho Internacional, ha apuntado Borrell.
