Mientras los líderes del G20 se reúnen en Cannes, la sombra de la recesión global se cierne sobre ellos por segunda vez en tres años, siendo más necesaria que nunca una coordinación económica internacional, lo que en sí mismo constituye la auténtica razón de ser del G20. Además, esta vez como asuntos menores, se tratarán una serie de temas recurrentes, que van desde los desequilibrios comerciales, hasta la regulación y supervisión financiera, pasando por el sistema monetario internacional.