El cronómetro del aún presidente de Estados Unidos, Joe Biden, va a toda velocidad. Se le acaba el tiempo como mandatario y con un sustituto que, a priori, no intentará cumplir con los objetivos del demócrata en la Casa Blanca. El aún inquilino de Washington aterrizó este domingo en Río de Janeiro para participar en su última cumbre del G20. Un cónclave en el que las guerras, la economía y el clima será protagonistas.
Biden ha llegado al evento acompañado del secretario de Estado, Antony Blinken -al que sustituirá Marco Rubio a partir de enero- y lo hace en un momento en el que apura sus horas como presidente con movimientos tan relevantes el haber autorizado a Ucrania a usar misiles de largo alcance en Rusia para responder a los ataques. Una autorización que se produce a solo unas horas de que se cumplan mil días de la guerra en suelo europeo.
Los jefes de Estado y de Gobierno del G20 se reúnen este lunes y martes en Río de Janeiro (Brasil) en un escenario de intensas divisiones por los conflictos en Ucrania y Oriente Próximo, por la propuesta de crear un impuesto a los superricos y por las medidas para desarrollar una transición energética justa.
Biden aterriza en Brasil -primer presidente estadounidense que visita la Amazonia- con el objetivo de hablar del futuro a escasos meses de la llegada de Donald Trump al poder el próxímo 20 de enero. Se espera que, como él mismo ha prometido, revierta algunas de las políticas relacionadas con el clima, Ucrania y China que ha puesto en marcha Biden durante estos cuatro años.
Estos no son solo los único puntos inciertos del futuro más próximo. Tras la decisión de Biden de conceder autorización a Volodímir Zelenski para emplear misiles de largo alcance estadounidenses, se confirma la ausencia del líder ruso, Vladímir Putin, de nuevo, en el G20. Rusia estará representada, de esta manera, por su ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov.
Ursula von der Leyen es otro de los actores esenciales en el actual e incierto contexto y asiste a la reunión con el objetivo de "profundizar" las alianzas globales de la Unión Europea y crear nuevas en un momento en el que "importa más que nunca".
Además de este conflicto, las tensiones en Oriente Próximo continúan, con un último balance de víctimas mortales en la Franja de Gaza que ronda los 44.000 muertos y 3.500 en Líbano tras el último ataque israelí.
Otro de los puntos destacados de la cumbre es la propuesta de Brasil, con el beneplácito de países como España y rechazo por parte de EEUU o Alemania, de un impuesto a los multimillonarios.
Finalmente, Lula Da Silva quiere formalizar el lanzamiento de la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza después de que la FAO haya indicado que los niveles de hambre se mantuvieron elevados en 2023 por tercer año consecutivo, con unos 733 millones de personas subalimentadas de forma crónica a nivel global.
La Unión Europea y Javier Milei y la Agenda 2030
Por su parte, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, otro de los actores esenciales en el actual e incierto contexto, asiste a la reunión con el objetivo de "profundizar" las alianzas globales de la Unión Europea y crear nuevas en un momento en el que "importa más que nunca".
Thank you for your leadership, @LulaOficial.
— Ursula von der Leyen (@vonderleyen) November 17, 2024
The world needed to be brought together. You managed to do this in Rio.
Europe fully supports your Global Alliance against hunger and poverty.
We also discussed EU-Mercosur.
An agreement of great economic and strategic importance. pic.twitter.com/3TUjbk6ne1
Otro líder que tendrá indudable portagonismo será el argentino Javier Milei, que acude a la cumbre por primera vez y como enemigo declarado de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de la ONU.