El 70 por ciento de la población inglesa de Stoke-on-Trent votó en junio pasado a favor de la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE). Pero nueve meses después del referéndum, en la denominada "capital del 'Brexit" reinan el pesimismo y el desencanto.
En ese tiempo los jóvenes han ido perdiendo el interés y solo siguen "de vez en cuando" lo relacionado con el "Brexit", admite Greg Pilgrim, de 28 años. Lo que sí tienen claro muchos de los 250.000 habitantes de Stoke-on-Trent es que la separación de la UE no será fácil.
El 52 por ciento de los británicos votó a favor de abandonar la UE y se espera que en los próximos días el Gobierno de Londres comunique oficialmente la decisión a Bruselas. Entonces comenzará el proceso de negociación, que durará unos dos años y cuyo resultado final es incierto.
Tampoco está claro si con el "Brexit" Reino Unido terminará dividiéndose. La ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, acaba de anunciar su intención de celebrar un nuevo referéndum de independencia, pues esta nación es mayoritariamente partidaria de seguir en la UE.
"Todo el proceso del 'Brexit' parece muy largo y complicado, ¿nadie lo sabía antes?", se pregunta Margaret Nightingale mientras toma un té en un local de la zona peatonal. Su marido, Arthur, votó a favor del "Brexit".
"La UE no reportó nada", asegura, aunque también está preocupado. "Desde el referéndum todo subió de precio", se queja. Y tampoco confía en que el Gobierno de la primera ministra, la conservadora Theresa May, "consiga lo mejor para Inglaterra".
"Nadie sabe qué pasará después del 'Brexit'", dice por su parte Hilary Latham desde su puesto especializado en cosmética. Esta mujer de 62 años pertenece a la minoría de Stoke-on-Trent que votó en contra de abandonar la UE.
"La política a favor de los refugiados de (la canciller alemana) Angela Merkel fue un argumento muy importante para los defensores del 'Brexit'", explica Latham. "A mí tampoco me gusta (la política de Merkel), aunque estoy en contra de la salida de la UE", añade.
Decadencia económica
A la población de Stoke le interesan dos temas: la inmigración y la decadencia económica de la ciudad durante los últimos 30 años. Fue durante una época el floreciente centro de la industria británica. Hace 500 años ya se extraía carbón, después llegaron las fábricas de porcelana y cerámica y en el siglo XIX la metalurgia.
A mediados de los años 70, el Gobierno laborista de entonces privatizó la industria del acero y poco después comenzó el hundimiento. Diez años más tarde le tocó a la industria del carbón y la última mina cerró durante el mandato de la conservadora Margaret Thatcher.
También la industria de la cerámica sufrió. Actualmente se produce sobre todo en Asia y desde finales de los años 60 se han perdido decenas de miles de puestos de trabajo. Entonces trabajaban unas 62.000 personas en ese sector, hoy sólo lo hacen 6.000.
La mitad de lo que se produce en esta ciudad se vende en el resto de la UE. Por eso muchos temen las consecuencias del "Brexit". "Nos podría golpear con dureza", opina Sue Hancock, que trabaja en una tienda de cerámica. "Otra vez vuelve a haber puestos de trabajo en peligro".
A pesar de todo, los defensores del "Brexit" abogan por un futuro del Reino Unido fuera de la UE. "Soy inglés y no quiero que me gobiernen desde Bruselas", afirma el carnicero William Brown. Ese es el único motivo por el que votó a favor de abandonar la UE.
Fuera de la zona peatonal se percibe la decadencia económica de la ciudad. En las calles se suceden negocios con las persianas bajadas y llenas de grafitis. Y las maravillosas casas victorianas se desmoronan, pues no hay dinero para restaurarlas.
El populismo triunfa entre los jóvenes
"Yo ya no viviré la recuperación de esta ciudad", lamenta a sus 70 años Brian Coxton, que siempre votó por los laboristas pero ya no lo tiene tan claro. Los jóvenes votan a los populistas del partido antieuropeo UKIP, que avanza en Stoke, pero para él no es una opción.
En el mercado local muchos ni siquiera quieren hablar sobre el "Brexit". "'Brexit' sí o no, eso no nos afecta individualmente", dice Michael Smith, que tiene un puesto de productos para el pelo. Lo único que le preocupa es la debilidad de la libra, ya que le gusta viajar por Europa.
En Stoke y sus alrededores hay 18 mezquitas. En una de ellas, cercana al centro, se dan cita para rezar sobre todo hombres procedentes de Bangladesh. La mayoría están a favor de seguir dentro de la UE. "Aquí la mayoría votaron en contra del 'Brexit'", explica un joven. Muchos tienen miedo de que tras el "Brexit" Reino Unido se encierre en su mismo y se convierta en un lugar peligroso para los musulmanes. "Todos tienen miedo de que reine el caos, como con (el presidente estadounidense) Donald Trump", afirma.