Cinco españoles procedentes del Líbano llegaron este viernes en un avión de la Fuerza Aérea portuguesa a Lisboa en un vuelo donde viajaban un total de 41 personas, que han huido del país árabe ante la escalada del conflicto entre el grupo chií Hizbulá e Israel.
El aparato aterrizó sobre las 20:15 hora local (19:15 hora GMT) en la base castrense de Figo Maduro, ubicada junto al aeropuerto internacional de la capital lusa.
Uno de los españoles a bordo de ese vuelo era Charles Chamoun de Aranda, director financiero y natural de Barcelona, quien se ha marchado del Líbano junto a sus dos hijos y su mujer, de nacionalidad francesa.
Chamoun de Aranda explicó a EFE en francés, ya que no habla español, que en Beirut se pueden escuchar bombardeos "muy fuertes" y que sus hijos estaban muy asustados allí.
Ellos vivían en la capital libanesa y cuando comenzaron los bombardeos israelíes, se mudaron a una segunda residencia que tienen cerca de Baabda, en las montañas de las afueras.
"Cuando nos fuimos (a Baabda) intentamos hacerlo muy temprano, así que los niños no vivieron esta situación, pero hay muchos otros que se quedaron en Beirut y que están traumatizados", aseguró.
Para salir del país, decisión impulsada principalmente para la seguridad de sus hijos, contactó con la embajada española, pero los dos aviones habilitados por España estaban llenos y les encontraron asientos en el de las fuerzas portuguesas y, aunque el viaje ha sido largo, "después de todo lo ocurrido", ha ido "muy bien".
Recordó que aunque Beirut ahora "es una ciudad muy triste", realmente es muy alegre y dinámica y que por eso le produce "una gran tristeza" verla en esta situación, que espera que acabe lo antes posible, porque "la mayoría de libaneses no la querían".
Otra de las españolas que viajaba en el C130 de la Fuerza Aérea lusa es Hind Khoury Daher, libanesa con la nacionalidad española, que se ha trasladado a Lisboa con su hija menor para coger un avión hasta Valencia, donde la esperan su marido, que es valenciano, y su hija mayor.
Para ella, lo que está ocurriendo en el país árabe es "catastrófico", sobre todo, por los niños, muchos de ellos durmiendo en la calle, sin abrigo, ni comida, aunque detalló que están intentando abrir escuelas y otros edificios para que puedan refugiarse.
Khoury Daher, que es enfermera, relató a EFE que su última imagen, de la carretera dónde se sitúa el aeropuerto de la capital, es "realmente triste" porque los edificios están destruidos y muchos civiles murieron: "las bombas están por todos lados y no sabes si estás a salvo".
Ella residía junto a su familia en el norte del país y, aunque no está cerca del conflicto, el matrimonio tenía miedo de que llegara a la zona y tomaron la decisión de salir, ya que desde hace muchos años viven entre España y Líbano.
El ministro de Exteriores de Portugal, Paulo Rangel, dijo en declaraciones a periodistas en Figo Maduro que su Gobierno no tiene previsto llevar a cabo ninguna operación más de evacuación porque ya han salido todos los ciudadanos lusos que querían salir.
Agregó que si alguno de los portugueses que se han quedado cambiara de opinión y optara por abandonar el Líbano, probablemente lo que harán será solicitar la ayuda de algún "Estado amigo", como España ha hecho con Portugal.
"Por ejemplo, ahora en España, lo que han hecho con nosotros es aprovechar un vuelo de otro país, para traer un número muy pequeño de personas", dijo el ministro.
El de hoy ha sido el segundo vuelo fletado por Portugal con evacuados del Líbano, después de que el sábado pasado 44 personas llegaran a Lisboa a bordo de un avión militar luso.