El presidente de Francia, François Hollande, ha promulgado este sábado la ley del matrimonio homosexual, después de que la validara el Consejo Constitucional, lo que convierte a Francia en el octavo país en legalizar la unión entre personas de un mismo sexo en Europa y el décimocuarto en el mundo.
La primera boda gay podrá celebrarse el día 28 de mayo, cuando hayan pasado diez días desde la promulgación de la ley. No obstante, el ministro de Relaciones Parlamentarias, Alain Vidalies, ha declarado a una cadena francesa que espera que las primeras bodas se celebren "antes del 1 de julio".
"Lo he decidido, es tiempo de respetar la ley de la República", ha afirmado Hollande, que ha enarbolado esta ley como la principal de sus reformas de calado social y que se ha visto envuelta en una gran controversia por las multitudinarias protestas alentadas por la derecha y la ultraderecha francesa.
Pese a la oposición de estos sectores políticos y sociales, que incluso llevó a la Unión por un Movimiento Popular a recurrirla ante el Constitucional, la Asamblea Nacional y el Senado franceses aprobaron el pasado mes el proyecto de ley redactado por el Gobierno socialista.
Oposición al dictamen
El Consejo dictaminó este viernes en la sentencia que el matrimonio homosexual no viola "ningún principio constitucional". "Esta norma no afecta ni a los derechos ni a las libertades fundamentales, ni a la soberanía nacional, ni a la organización de los poderes públicos", apostilló el auto.
El organismo emitió una "reserva" a dicha ley en lo concerniente a la adopción por parejas homosexuales, ya que los tribunales y organismos públicos deberán respetar el principio constitucional de primar "el interés del menor" en casos de adopción, como ya ocurre en las parejas heterosexuales, un principio que no contemplaba la norma.
Poco después del anuncio del veredicto del Constitucional, una veintena de manifestantes han salido a las calles de París para protestar contra la medida estrella del Gobierno de Hollande, aunque sin derivar en altercados como en anteriores ocasiones.
Entre un 55% y un 60% de los franceses apoyan el matrimonio entre personas de un mismo sexo, pero solo el 50% aprueba la adopción de hijos por parte de las parejas homosexuales, según los últimos sondeos, los mismos que retratan a Hollande como uno de los presidentes más impopulares de la Historia reciente por la situación económica.