A una semana de los comicios en EE UU, comienzan a escucharse voces que se decantan por uno u otro candidato. Anteayer fue JP Morgan, el banco más importante del país, que emitió un informe titulado: “La victoria de Romney favorecería a las pequeñas compañías, a las financieras y sanitarias. El rally poselectoral será de 45 puntos, pero si gana Mitt Romney, candidato republicano, de 85”.
Las encuestas están más igualadas que nunca, afirman, lo cual es impactante, si se recuerda el resultado de los últimos comicios entre George W Bush y John Kerry, cuyo resultado final costó varios días dilucidar.
“Los mercados han cotizado históricamente al alza la resolución de unas elecciones ajustadas”, señalan en JP.
Romney “podría alargar el ‘abismo fiscal’, pero no se descarta que Obama haga lo mismo”. Resulta complicado extraer diferencias de programa claras, pero los analistas de la entidad financiera creen que los mercados cotizarán al alza la victoria del candidato aspirante, en lugar del actual presidente, algo que ha ocurrido históricamente.
“Las Bolsas han subido un 3,3% en los dos siguientes meses a las elecciones cuando ha repetido mandato el presidente, pero alrededor del 6% cuando lo ha hecho su oponente”, apuntan. Los inversores reciben con satisfacción la llegada de un nuevo inquilino a la Casablanca, reflejo de una insatisfacción creciente que cristaliza en las elecciones. El nuevo presidente permite que se generen nuevas expectativas.
Así, “con Romney se beneficiarían las small cap, debido a mayores operaciones corporativas derivadas de la repatriación de capitales prevista”. Asimismo, “los valores cíclicos también mejorarían por la visión más favorable de China ante las bajadas de impuestos y la reforma regulatoria prevista” mientras que los bancos también son vistos con buenos ojos “por el recambio que tendría lugar en la Reserva Federal y el aumento de la pendiente de la curva de tipos”. Por su lado, las compañías sanitarias también agradan, ya que “sería revocada la Ley de Asistencia Asequible”.
La victoria de Barack Obama “que creemos que es la que descuenta ahora el mercado”, impulsaría a compañías “de alto dividendo y a valores cíclicos pero globales”.