Rusia sigue su lucha sin cuartel por dañar la infraestructura crítica ucraniana: lo hizo durante el invierno con una guerra sin cuartel contra las centrales eléctricas y lo sigue haciendo desde el arranque del verano contra los puertos ucranianos del Mar Negro, principal vía de exportación de su cereal. Aunque este segundo escenario se recrudece cada vez más desde que el pasado 18 de julio Moscú pusiera fin al acuerdo del cereal, un pacto alcanzado en julio del año pasado con intermediación turca que garantizaba el suministro de este producto a los mercados mundiales. Desde entonces, según informa el viceprimer ministro para la Reconstrucción de Ucrania, Oleksandr Kubrakov, ya han sido dañadas 105 infraestructuras portuarias por ataques rusos. Una situación que ha desplazado el conflicto a los puertos del Danubio, en concreto a los enclaves de Izmail y Reni, a pocos kilómetros de la frontera con Rumanía.
Con el bloqueo de los puertos marítimos en el Mar Negro, estas dos localidades y sus canales de navegación se han convertido en puntos estratégicos desde los que seguir exportando un producto que es la 'joya' de la corona ucraniana. El país produce alrededor del 10% del trigo mundial y estos puertos menores de la región soviética de Besarabia (que antes era Moldavia) se han convertido en la única alternativa para almacenar y dar salida a todas las toneladas de grano.
Es por eso que los ataques con drones a las ciudades se han dado regularmente desde septiembre, aunque ya en agosto tuvieron lugar los primeros ataques rusos. El culmen ha tenido lugar esta semana cuando el pasado 13 de septiembre Rusia lanzó un ataque sobre ambas localidades que dañó tanto edificios administrativos como terminales de carga de cereales, tanques de almacenamiento de petróleo y vehículos de motor. Mientras, Ucrania intensifica sus ataques a los barcos rusos en el Mar Negro y Crimea. Como ha declarado Kubrakov, estos ataques a los puntos del Danubio y el bloqueo ya han provocado una reducción de exportaciones a países asiáticos, africanos y europeos de hasta 3 millones de toneladas por cada mes.
Ambas localidades nunca se habían visto involucradas por el conflicto hasta ahora. Ha habido un gran estupor por el arrojo ruso hacia su cambio estratégico dada la cercanía de los ataques a la frontera de la OTAN. El mismo miércoles se hallaron restos de fragmentos de un dron ruso en territorio rumano, un país que es miembro de la Alianza Atlántica. No es la primera vez que sucede en las últimas semanas y, mientras las autoridades europeas y el presidente de la OTAN, Jens Stoltenberg, han mantenido la cautela, el ministro de Exteriores de Rumanía ya ha convocado de urgencia al responsable de la misión diplomática rusa en Bucarest por la violación de su espacio aéreo. Por el momento, las localidades rumanas fronterizas ya están construyendo refugios antiaéreos.
Spoke to @KlausIohannis re Russian attacks on Ukraine by the Danube & drone parts found in #Romania. No indication of intent to hit #NATO, but the strikes are destabilising. I welcome the US decision to deploy more F-16s for NATO air policing. We stand in solidarity with Romania.
— Jens Stoltenberg (@jensstoltenberg) September 9, 2023
Puertos menores que cargan con la salida del grano
Como informa The Guardian, estos dos centros se estan convirtiendo en la principal baza logística ucraniana pero hasta hace dos días estaban completamente relegados. Reni por ejemplo tenía un menguante comercio fluvial desde la desintegración de la URSS por la falta de conexión por ferrocarril con la creación de las nuevas fronteras moldavas. Izmail tenía un mejor comercio pero, como fuere, el mosaico social de estas localidades dista mucho del centro ucraniano, ya que muchos residentes son de etnia rumana o búlgara.
Hasta antes de la contienda, el 90% del grano se exportaba por mar hasta alcanzar las 49,5 millones de toneladas mientras que 29,3 millones de toneladas lo hacían por ferrocarril. Por el momento, solo hay cuatro puertos en el Danubio, a parte de Izmail y Reni, a los que se suman Kiliya y Ust-Danayskiy, que solo representaban el 10% de las exportaciones portuarias ucranianas. Para Moscú es una amenaza. A parte de por su búsqueda estratégica de mermar los beneficios económicos ucranianos, se trataría de una ruta alternativa muy eficaz para el suministro de armas con portacontenedores, como apuntan destacados blogs prorrusos.
Rusia atiza el pulso por conspiraciones de comercio de armas
Estas mismas fuentes apuntan a la frontera rumana como principal amenaza para el Kremlin por ser la región donde la OTAN esté "desarrolando rutas para el envío de cargamento militar" a través de la implementación de nuevas vías ferroviarias, con la posibilidad de envío de unidades militares. "En las condiciones actuales, la UE, actuando como parte interesada en el suministro de productos agrícolas desde Ucrania, encubre el proceso de acercamiento de la infraestructura de la OTAN a Rusia, que, en condiciones de empeoramiento de las relaciones, se espera que sea utilizada por la Alianza con fines militares", apuntan como punto de partida para las agresiones rusas.
Esta escalada de tensiones en el flanco oeste de Ucrania ya ha alertado a Rumanía y mantiene en vilo a la OTAN. Por el momento, Rumanía ya ha anunciado que va a mejorar su vigilancia en el eje del Danubio en sus 160 kilómetros de frontera entre el puerto de Galati y la desembocadura del Danubio en Sulina, así como el cierre del espacio aéreo entre esas dos franjas. Es precisamente en el final de este canal que acaba en el Sulina para abrirse a aguas territoriales rumanas donde se agolpan los barcos que esperan para avanzar a Ucrania y también a otros países de la zona como Moldavia o Hungría. Como fuere, la tensión se acumula y crece por momentos en la frontera del Danubio a medida que aumenta el pulso por la seguridad alimentaria.