Al menos una persona murió y 21 resultaron heridas en un tiroteo ocurrido anoche al finalizar el desfile de celebración del Super Bowl de los Kansas City Chiefs en la ciudad estadounidense de Kansas City (Misuri) y la Policía detuvo a tres personas por su presunta relación con el ataque.
Entre los 21 heridos de bala, ocho estaban anoche en inmediato peligro de muerte, siete con heridas potencialmente mortales y seis con heridas menores, según detalló en una rueda de prensa el jefe del Departamento de Bomberos de Kansas City, Ross Grundyson. La persona fallecida fue identificada como Lisa López-Galán, una mujer madre de dos hijos que era una conocida disc-jockey de la ciudad y murió en un hospital a causa de las heridas que sufrió, según el diario The Kansas City Star. El número total de víctimas no es definitivo y aún puede aumentar, advirtieron fuentes policiales. Según la jefe del departamento local de Policía, Stacey Graves, tres personas están detenidas como sospechosas, una de ellas tras haber sido reducida por asistentes al desfile.
El suceso tuvo lugar en las inmediaciones de Union Station, la estación central de ferrocarriles de Kansas City, punto final del desfile de celebración del equipo de fútbol americano Kansas City Chiefs por su victoria en la Super Bowl y donde se habían concentrado numerosos aficionados. Minutos antes del suceso, un autobús en el que viajaban los jugadores -entre ellos el novio de la cantante Taylor Swift, el jugador Travis Kelce- recorrió las calles de la urbe para celebrar la victoria con los aficionados.
Tras el tiroteo, el presidente Joe Biden, que invocó a actuar contra la violencia armada, subrayó que "hiere profundamente el alma estadounidense" que la celebración por la victoria de la Super Bowl, "el evento más unificador en Estados Unidos", se convierta en una tragedia. El mandatario dijo que "es tiempo de actuar" y pidió a los ciudadanos presionar al Congreso para "prohibir las armas de asalto, limitar los cargadores de alta capacidad, fortalecer las verificaciones de antecedentes y mantener las armas fuera del alcance de quienes no tienen por qué poseerlas ni manipularlas". "La epidemia de violencia armada está destrozando familias y comunidades todos los días. Algunos son noticia. Muchos de ellos no lo son. Pero todo esto es inaceptable. Tenemos que decidir quiénes somos como país", añadió el presidente.
Según la jefa policial de Kansas City, había cerca de 800 agentes en el dispositivo de seguridad del evento, pero en el estado de Misuri es legal llevar armas por la calle.
El alcalde de Kansas City, Quinton Lucas, confesó que él mismo "tuvo que correr cuando escuchó los disparos", como lo hicieron cientos de personas. "Yo mismo, mi esposa, muchas familias, jugadores, miembros de los Chiefs, sus familias, mucha gente que estaba en Union Station o cerca. Así que mucha gente ha estado afectada", añadió.