Internacional

Turquía y Hungría siguen bloqueando la entrada de Suecia en la OTAN por sus conflictos externos

Desde Budapest alegan que el país nórdico ha criticado la calidad de su democracia, mientras Ankara le acusa de ser un refugio de terroristas

  • Erdogan insiste en su veto a Suecia en la OTAN -

Hungría y Turquía mantienen bloqueada desde hace más un año la entrada de Suecia en la OTAN argumentando Budapest que el país nórdico ha criticado la calidad de su democracia, mientras Ankara le acusa de ser un refugio de terroristas.

Turquía ya dejó claro su veto semanas antes de la cumbre de la OTAN de finales de junio de 2022 en Madrid, en la que Suecia y la vecina Finlandia fueron invitadas a sumarse a la Alianza.

La petición de ingreso de las dos democracias nórdicas fue una reacción a la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022.

Durante la cumbre de Madrid, Turquía y los dos candidatos firmaron un memorando por el que se comprometían a cambios en su legislación antiterrorista, a extraditar a sospechosos buscados por la justicia turca y a acabar con el embargo de armas a Ankara.

Turquía reconoce que los dos países han dado pasos en ese sentido y, de hecho, la actitud más flexible hacia Finlandia se confirmó cuando a mediados de marzo el presidente turco, el islamista Recep Tayyip Erdoğan, anunció que levantaría su veto.

Hungría, que ha ido siempre a la estela de Turquía en su bloqueo, reaccionó con la ratificación parlamentaria del acceso de Finlandia el 27 de marzo, tres días antes que Turquía.

El caso sueco, sin embargo, sigue bloqueado y los dos países ya han dejado claro que la situación no cambiará antes de la cumbre que la OTAN celebra en Lituania el martes y miércoles próximos.

Erdoğan aseguró esta semana que "Suecia ha dado pasos en la dirección correcta con sus cambios en la legislación antiterrorista", aunque se quejó de que los partidarios del grupo terrorista PKK/PYD/YPG siguen "organizando libremente manifestaciones de alabanza al terrorismo" en Suecia.

El PKK es la guerrilla kurda activa en Turquía, considerada terrorista por la Unión Europea (UE) y Estados Unidos, pero las PYD/YPG son las milicias kurdas de Siria aliadas de Washington en la lucha contra el yihadista Estado Islámico.

Suecia ha reformado su legislación contra el terrorismo y ha tipificado como delito la sola pertenencia o el apoyo financiero o de otro tipo a una organización terrorista.

El pasado miércoles se produjo la primera condena por intento de financiación al PKK en un tribunal de Estocolmo, aunque la sentencia admite recurso.

Las reformas han generado preocupación en la comunidad kurda en Suecia, que teme terminar pagando el precio para que el país escandinavo pueda ingresar a la OTAN.

Según el primer ministro sueco, Ulf Kristersson, su país representa los valores de la OTAN y aunque considera que el ingreso aumenta la seguridad, el país también contribuiría con más seguridad para la alianza.

Tampoco ayudan a levantar el veto las quemas públicas del Corán, el libro sagrado de los musulmanes, organizadas por ultraderechistas en Estocolmo, criticas por el Gobierno pero permitidas por la Policía bajo razones de libertad de expresión.

Más allá de las explicaciones oficiales, los analistas interpretaron la negativa turca primero como una estrategia en la que Erdoğan quería mostrar su firmeza ante los enemigos de Turquía de cara a las elecciones en las que fue reelegido el pasado mayo.

Ilhan Uzgel, un conocido experto en Relaciones Internacionales, asegura que él esperaba que el veto se levantara tras las elecciones.

El veto a Suecia es "el único 'comodín' que Erdoğan tiene para negociar", señala el profesor, recordando la mala situación económica que atraviesa el país y sus numerosos conflictos internacionales.

Uzgel cree que Ankara quiere forzar así a EEUU a que le venda aviones de combate F-16, una operación bloqueada por el Congreso norteamericano.

En el caso de Hungría, el Gobierno ha ido retrasando la entrada de Suecia con argumentos que han ido cambiando con el tiempo.

A finales de 2022, la explicación era que el Parlamento estaba ocupado con las reformas legales que le exige la Comisión Europea para tener acceso a fondos bloqueados.

Luego, el Gobierno argumentó que Suecia y Finlandia habían criticado la calidad del Estado de derecho en Hungría.

Pero, al igual que en el caso turco, hay expertos que ven en ese bloqueo una estrategia de negociación, para presionar a la UE para que desbloquee los fondos que mantiene congelados hasta que Hungría demuestre que los usará cumpliendo las normas comunitarias.

Con todo, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, aseguró el pasado jueves que la incorporación de Suecia está "al alcance", y ha convocado una reunión para el próximo lunes con el primer ministro sueco, Ulf Kristersson, y el presidente turco, Recep Tayyip Erdoğan, para tratar de llegar a un acuerdo político antes de la cumbre de Vilna, que arranca al día siguiente.

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