Dos mujeres policías resultaron heridas este sábado cerca de una comisaría de Charleroi (Bélgica) en un ataque efectuado un individuo armado con un machete al grito de "Allahu Akbar" (Dios es el más grande), según han informado fuentes policiales al diario belga Le Soir. Una de las agentes sufrió "heridas profundas a la altura del rostro", mientras que el agresor fue abatido por los disparos de un tercer agente.
El primer ministro belga, Charles Michel, ha asegurado este domingo que fue "un intento de asesinato terrorista", al tiempo que ha destacado que se logró evitar una tragedia mayor, según ha informado la cadena de televisión RTBF. Tras participar en una reunión con responsables de los servicios de seguridad este domingo por la mañana en Bruselas, Michel ha dicho en rueda de prensa que se están estudiando nuevas medidas de seguridad tras el ataque del sábado.
El 'premier' ha confirmado que la Fiscalía ha abierto una investigación "por intento de asesinato terrorista", basándose en los hechos y en las declaraciones del propio autor del ataque. Michel ha destacado el trabajo de las fuerzas de seguridad y ha mostrado su solidaridad con los dos policías que sufrieron "un acto innoble y trágico". "Han respondido de manera ejemplar", ha declarado.
Detención de un iraquí
Por su parte, las autoridades belgas detenían este mismo viernes en un control rutinario a un joven iraquí de 25 años por presunta pertenencia a una organización terrorista. El iraquí, Mohammed Al Fahdawi, había pasado a su llegada a Bélgica por un centro de refugiados en Charleroi, al sur de Bruselas, donde coincidió con su compatriota Basman Assanad, arrestada en enero pasado por supuesta pertenencia a una organización terrorista, según la cadena de televisión RTL.
Entre las pertenencias de Assanad, la Policía encontró una bandera del grupo Estado Islámico (EI) y documentos y vídeos sospechosos. A mediados de julio, las fuerzas de seguridad belgas efectuaron una serie de registros en Charleroi y Roulers en el marco de la misma investigación. Las pesquisas estaban dirigidas a una decena de refugiados iraquíes procedentes de Bagdad y de Mosul y que formaban presuntamente parte de un grupo cercano al EI.
Estas personas también han recibido supuestamente apoyo logístico de una mujer residente en Charleroi y que tenía vínculos con la célula terrorista que presuntamente iba a atentar en Verviers en enero de 2015. La mujer visitó a Assanad en la cárcel, lo que puso a las fuerzas del orden en alerta.