Los superalimentos se han puesto de moda y se han convertido en los imprescindibles por excelencia de las dietas de adelgazamiento, así como de los estilos de vida saludables. Sin duda, se trata de una buena opción para cuidar tanto la línea como la salud pero, sin embargo, no son plato de buen gusto para todo el mundo... En este sentido, te proponemos otras cinco alternativas healthy tan saludables como los superalimentos que tan poco te gustan:
1.COL EN LUGAR DE COLIFLOR
Ambos son desintoxicantes naturales que actúan contra las enfermedades cardiacas y previenen el cáncer. Si no te gusta la col cruda puedes cocinarla con un poco de aceite de oliva, unas rodajas de manzana, una cebolla picada, sol marina y pimienta negra.
2. SEMILLAS DE SÉSAMO EN LUGAR DE SEMILLAS DE CHÍA
Parece que las semillas de chía se encuentran por todas partes: bebidas, galletas, mermeladas… No hay duda de que son buenas para la salud, pero las semillas de sésamo pueden ser un sustitutivo, ya que aumentan los niveles sanguíneos de antioxidantes, además de reducir el colesterol “malo” y regular el ritmo cardiaco, la presión arterial y el azúcar en sangre. Una ingesta que se puede incorporar espolvoreando las semillas sobre las ensaladas o verduras cocidas, o añadirlas a la harina.
3. GARBANZOS EN LUGAR DE QUINOA
Al igual que la quinoa, los garbanzos están libres de gluten y proporcionan un equilibrio de carbohidratos ricos en fibra y proteínas de origen vegetal. Los garbanzos también son fáciles de incorporar a la dieta, ya sea en sopas, guisos, ensaladas o guarniciones de verduras.
4. ARÁNDANOS EN LUGAR DE BAYAS
Muchas personas encuentran amargas las bayas de Goji, tan de moda en los últimos tiempos. No obstante, los arándanos cuentan con una inmunidad similar y previenen las infecciones del tracto urinario, los resfriados y la gripe.
5. KALETTES, EL HÍBRIDO ENTRE KALE y COL
Las kalettes son una alternativa más dulce y menos terrosa que ofrecen nutrientes protectores parecidos, incluyendo grandes cantidades de antioxidantes y vitaminas K y C. Se pueden consumir asadas al horno con un poco de aceite de sésamo o, para una opción dulce, mezclarlas con aceite de coco, sirope de arce y canela antes de cocinarlas.
