La paz es un objetivo, de momento, inalcanzable dentro del Grupo Prisa. La dimisión de Juan Luis Cebrián calmó los ánimos de sus críticos más voraces, pero no terminó con la guerra accionarial que se vive en la compañía desde hace casi dos años. De hecho, Manuel Polanco asumirá la presidencia el próximo 1 de enero con dos asuntos sobre la mesa que pueden complicar la primera parte de su mandado. Por un lado, están las tensiones entre accionistas, que especialmente podrán evidenciarse en el momento en el que haya que cubrir las vacantes de su Consejo de Administración (si es que se hiciera). Por otro, las aspiraciones de Juan Luis Cebrián para mantenerse como centinela de la línea editorial de El País.
Fuentes cercanas al Consejo de Administración destacan la influencia que ha ganado Santander durante las últimas semanas en el holding de medios de comunicación. La entidad dio un paso al frente cuando orquestó un pacto con Caixabank y Telefónica para situar a Javier Monzón –expresidente de Indra- como presidente del grupo.
También será la responsable de la operación de aumento de capital, de 450 millones de euros, que trata de cerrar la compañía para evitar su colapso económico. Estos informantes no descartan que el banco presidido por Ana Patricia Botín financie a algunos de los socios que quieran acudir a la ampliación y que tengan dificultades para suscribirla, “como pueden ser los Polanco (Rucandio) o el empresario mexicano Roberto Alcántara”, apuntan, en consonancia con lo publicado recientemente por El Economista.
Las tres principales entidades financieras del grupo –Santander, Caixabank y HSBC- está previsto que participen en la recapitalización, al igual que el principal accionista, el fondo buitre Amber Capital. Telefónica también acudirá, aunque la duda es si aportará el 13% de los 450 millones de euros –el equivalente a sus títulos- o una menor cantidad.
Baile de consejeros
Dentro del órgano de gobierno del grupo se han producido cambios de gran calado desde la Junta Extraordinaria de Accionistas celebrada el pasado 15 de noviembre. A la dimisión de Ernesto Zedillo y Glen Moreno, y al cese de cinco consejeros independientes le siguió el nombramiento de otros cinco (entre ellos, Javier Monzón) que fueron apoyados por los socios institucionales.
En principio, quedarían tres asientos libres en el Consejo –también hay que contar la vacante que se prevé que deje Cebrián-, que deberán ser cubiertos en las próximas semanas. La pelea está servida en el caso de que la Dirección del grupo o las entidades bancarias intenten arrinconar a Amber Capital, bien imponiendo a sus propios candidatos o bien amortizando los puestos que están vacíos, vaticinan estas fuentes.
Otro de los asuntos que generará controversia entre los accionistas es el relativo a la permanencia de Cebrián en el organigrama de Prisa. El presidente ejecutivo anunció hace unos días que el Consejo de Administración de El País ha aprobado la creación de una fundación que servirá para mantener la línea editorial del diario sobre la senda que trazaron sus fundadores. La intención de Cebrián es presidirla, a lo que algunos de los socios con más peso en el grupo han expresado su oposición. Entre ellos, Amber Capital y Grupo Herradura Occidente.
Los socios más críticos denuncian la estrategia del todavía presidente ejecutivo de Prisa, que pretende mantener “su presencia y su influencia” dentro de la compañía pese a haber abandonado las funciones ejecutivas. De hecho, avanzan que en la reunión del órgano de gobierno en la que haya que debatir sobre su nuevo puesto en la ‘Fundación El País’ se opondrán con rotundidad.