Los Berlusconi distribuían hace unas horas entre los accionistas de Mediaset la documentación de la Junta General que se celebrará el próximo 15 de marzo, en la que se aprobará el proyecto de fusión transfronteriza que integrará el negocio español del grupo en Media for Europe, la compañía matriz, con sede en Países Bajos.
Entre los puntos que abordaba el folleto se encuentra el relativo a la plantilla de la dueña de Telecinco en España, que el pasado julio estaba conformada por 1.596 personas: “No se espera que la fusión tenga impacto material alguno sobre los empleados de Mediaset España ni sobre sus condiciones y derechos laborales que tengan con anterioridad a la segregación”.
Esta afirmación rompe con la incertidumbre que suele rodear a este tipo de procesos de fusión e integración, dado que las sinergias que generan entre las empresas que se unen suelen provocar la activación expedientes de regulación de empleo. Los Berlusconi han descartado esa posibilidad, al igual que lo hicieron a principios de 2022, cuando presentaron la Oferta Pública de Adquisición por el 100% de Mediaset España y aclararon que su intención era la de mantener la actividad y la plantilla en España.
Este mensaje se ha transmitido en un momento complejo para la televisión en general y para Mediaset en particular. La inversión publicitaria en el sector descendió el 3,7% en 2022, lo que implicó una caída total de la recaudación de 69 millones de euros, según el índice i2P, elaborado por Arcemedia.
La compañía de Fuencarral notó especialmente el descenso, dado que los anunciantes destinaron 701,4 millones de euros a los canales del grupo, frente a los 760,9 del año anterior. Esto se produjo en un contexto de pérdida de audiencia de Telecinco. El pasado enero, fue del 10,5%, es decir, 2,6 puntos menor que en el primer mes de 2022. En este sentido, cabe precisar que el número de espectadores es muy importante a la hora de rubricar los contratos publicitarios.
Las fases de la fusión de Mediaset España
Tal y como explicó Vozpópuli, el objetivo de los responsables de Media for Europe es el de finalizar el proceso de absorción de su negocio en Madrid antes del término del segundo trimestre. Para completar ese plan, es necesario que los socios de Mediaset España aprobaran la integración, algo que finalmente realizarán el próximo 15 de marzo.
En la Asamblea, también está previsto que se ratifique el nombramiento de Alejandro Salem como consejero delegado, en sustitución de Paolo Vasile. El empresario italiano ejerce sus funciones desde el pasado enero, pero todavía debe someterse al trámite legal de la Junta de Accionistas.
Hay que recordar que los Berlusconi controlan el 82,92% de las acciones de Mediaset España, mientras que el otro 17% es capital flotante que está en manos de varios fondos de inversión internacionales. Por tanto, es seguro que todos los puntos que propongan en la Junta se aprueben con mayorías cómodas.
Según los cálculos de Media for Europe, los Berlusconi aglutinarán el 48,27% del capital de la sociedad matriz cuando finalice este proceso de “fusión transfronteriza”, frente al 23,35% que ostentará Vivendi, la multinacional francesa que también está presente en el Grupo Prisa (9,9%).
La transferencia de las licencias
Conviene tener en cuenta que para que la fusión sea efectiva, previamente será necesario que el Ministerio de Economía otorgue la autorización –o confirme que no es necesaria- para cambiar el titular de las licencias audiovisuales que explota Mediaset España, con las que emiten Telecinco, Cuatro, FDF, Energy, BeMad, Boing y Divinity.
En este sentido, cabe precisar que la Ley General de Comunicación Audiovisual explica en su artículo 24 que para ser titular de una licencia de emisión en la TDT es necesario “tener la nacionalidad de un Estado miembro de la Unión Europea o la de cualquier Estado que, de acuerdo con su normativa interna, reconozca este derecho a las personas físicas y jurídicas españolas”.
También obliga a “tener un representante domiciliado en España a efectos de notificaciones”.
El gran foco de toma de decisiones estratégicas del grupo se situará en Ámsterdam, pero la compañía mantendrá un consejo de administración en España y cotizará en la Bolsa de Madrid. Asimismo, abonará los impuestos de su actividad a las arcas públicas de este país, según expresaron desde MFE.