Las fuertes turbulencias financieras que azotarán al Grupo Prisa a partir del próximo enero han forzado a sus dirigentes a buscar alternativas para evitar que la compañía entre en situación de alerta máxima. Entre 2017 y 2018, tendrá que abonar a los acreedores 965 millones de euros, lo que ha obligado a poner en venta la editorial Santillana y a elaborar un plan para reorganizar sus negocios y tratar de incrementar su rentabilidad. Para este último fin, ha contratado a Deloitte, que ya ha iniciado su labor de análisis en el grupo.
El objetivo de la consultora es analizar los recursos que Prisa destina a cada uno de sus proyectos y proponer posibles fórmulas para mejorar su eficiencia, bien a través de la 'digitalización' de determinados procesos o de la eliminación de duplicidades, según han precisado a Vozpópuli fuentes conocedoras de los términos del contrato.
Desde Deloitte, se han negado a confirmar este acuerdo, mientras que desde la compañía dirigida por Juan Luis Cebrián han declinado atender a este periódico.
En las redacciones de las cabeceras de Prisa, la noticia ha generado suspicacias, puesto que sus trabajadores sospechan que podría desembocar en un nuevo recorte de plantilla. En este sentido, cabe recordar que Dircomfidencial ha publicado recientemente que el socio catarí de la compañía de los Polanco, International Media Group, ha presionado a Juan Luis Cebrián y su equipo para que acometa 250 despidos en el grupo, lo que explicaría la firma de este contrato con Deloitte.
En cualquier caso, según ha podido saber Vozpópuli a través de los mismos informantes, este contrato no contempla la elaboración de ningún plan de despido colectivo.
Prisa deberá pagar a los bancos 965 millones de euros antes del 31 de diciembre de 2018.
Cabe recordar que, hace unos meses, Unidad Editorial contrató a la empresa estadounidense FTI Consulting y a la consultora Equipo Económico para efectuar proyectos similares de reestructuración. En ambos trabajos se recomendaban fuertes ajustes de personal en la empresa.
Pocas semanas después de que los responsables de la editora de El Mundo, Marca y Expansión recibieran los resultados de estos trabajos, presentaron un Expediente de Regulación de Empleo y un plan de bajas incentivadas que provocaron la reducción de la plantilla del grupo en varias decenas de efectivos.
En la última memoria anual de cuentas de Prisa (2015), la empresa reconoce que su plantilla está conformada por 8.785 empleados, de los que 379 son directivos y 1.151, mandos intermedios. Su gasto de personal ascendió el año pasado a 412,77 millones de euros, frente a los 433,24 de 2014. En 2010, antes de que la compañía se deshiciera de varios de sus negocios estratégicos (Digital Plus, Ediciones Generales) y de que acometiera despidos en varias de las empresas que aún conserva, su número de trabajadores era de 13.885, con un coste de 592 millones de euros.
El problema de deuda
La deuda de Prisa es actualmente muy inferior a la que acarreaba en 2013, antes completar su última refinanciación. Entonces, era de 3.200 millones de euros, mientras que actualmente es de aproximadamente 1.550. El problema es que su capacidad de generar ingresos para hacer frente a sus vencimientos se ha reducido considerablemente durante los últimos años, tras la venta de algunos de sus negocios más importantes. De ahí que haya puesto en el mercado Santillana, a la que ha tasado en 2.000 millones de euros. Y de ahí que haya encargado a Deloitte un plan para intentar mejorar la rentabilidad de sus negocios.
No hay que olvidar que en la fila de acreedores de Prisa se encuentran entidades como HSBC, La Caixa y Santander, que forman parte de su accionariado desde que, hace unos años, aceptaran capitalizar una parte de su deuda. Antes del 31 de diciembre de 2018, la dueña de El País, As’ y Cadena SER deberá amortizar casi 1.000 millones de euros con estas y otras entidades con las que contrado compromisos financieros. Vienen curvas para Cebrián y su equipo.