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Competencia desmonta la coartada de Roures: puede vender la Champions al precio que quiera

Uno de los argumentos que ha esgrimido Jaume Roures para justificar el precio que le pide a Telefónica por los derechos audiovisuales de la Liga de Campeones es que, si le pidiera menos dinero que a Orange o a Vodafone por este producto, estaría incumpliendo la normativa de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Pero el regulador es claro: esa afirmación no es cierta.

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Jaume Roures no dice la verdad cuando afirma que si vende más baratos los derechos de la Champions League a Telefónica que a sus competidores se meterá en problemas con la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Realmente, si quisiera, tendría total libertad para hacerlo, por lo que su argumento es una mera excusa para justificar su posición en la dura negociación que mantiene desde hace semanas con la compañía presidida por César Alierta. Así lo ha confirmado el organismo súper-regulador, que ha incidido en que Mediapro tiene licencia para traspasar este producto al precio que quiera. A Movistar o al resto de los operadores del mercado.

La posición de Roures es la lógica de cualquiera que posee un producto y quiere sacar el máximo beneficio de su venta. Hace un año, compró a la UEFA los derechos de la Liga de Campeones para las temporadas 2015/2016, 2016/2017 y 2017/2018, para lo que realizó una inversión de más de 100 millones de euros por campaña que ahora quiere rentabilizar. El problema es que para defenderse de las acusaciones de Telefónica sobre el elevado precio que le pide por este torneo, ha utilizado como escudo a la CNMC. Y este organismo le ha contradicho, pues Mediapro no tiene que cumplir ninguna política de precios en este sentido, según asegura la CNMC a Vozpópuli.

Mediapro compró los derechos de la Champions League para las tres próximas temporadas

Realmente, es Telefónica la que no puede saltarse algunas líneas rojas a la hora de adquirir y vender contenidos de su televisión de pago. Estas restricciones se le impusieron el pasado abril cuando se dio el visto bueno a su operación de compra de Digital Plus. Su objetivo era que la compañía de telecomunicaciones no abusara de su posición cuasi monopolística en este mercado. De ahí que esté obligada, por ejemplo, a compartir con el resto de las empresas el 50% de sus contenidos premium (entre ellos, el fútbol) y a limitar el periodo de exclusividad que tiene con sus proveedores, principalmente, las major norteamericanas.

Roures ha tergiversado la situación para anotarse un tanto en la negociación. Las fuentes oficiales de Mediapro -consultadas por este medio - han transmitido que “Competencia no permite, por filosofía, pactar condiciones distintas por un mismo contenido, para evitar que los pequeños (operadores) sufran condiciones peores”. Pues bien, en este caso, el regulador ha desmentido a esta empresa.

Las dos empresas se tantean

El mensaje que ambas partes han difundido en las últimas semanas es que las conversaciones están en un punto muerto. Ni una quiere pagar más, ni la otra está dispuesta a rebajar el precio de su producto. Roures afirma que hace más de un mes le presentó a Telefónica tres ofertas y que no le ha contestado a ninguna. Por su parte, la teleco incide en que aceptar las condiciones que le ha propuesto el dueño de Mediapro sería imprudente, puesto que supondría tirar la casa por la ventana.

Lo que está claro es que ambas empresas están condenadas a entenderse en este asunto si no quieren que sus negocios sufran un importante perjuicio. Telefónica es consciente de que la Liga de Campeones es la joya de la corona dentro de la televisión de pago, así como de que, sin poder ofrecerla, está condenada a perder a una parte (más grande o más pequeña) de sus abonados. Por su parte, la productora catalana necesita que el principal operador del mercado le compre estos derechos audiovisuales si quiere sacar partido de la inversión que realizó para obtenerlos.

De momento, se los ha vendido a sus principales competidores: Orange y Vodafone. Ahora bien, estas compañías tienen una cartera de clientes mucho menor que Movistar Plus, de ahí que el variable que percibirá Mediapro (una cantidad fija por cada abonado) sea muy inferior al que le reportaría Telefónica.

El servicio de televisión por internet de Roures, TotalChannel, sufrió graves problemas técnicos durante la primera jornada de la Liga de Campeones

El partido de pago del Real Madrid

Esta semana tendrá lugar un acontecimiento que está marcado en rojo en el particular calendario de esta negociación: el partido entre el Real Madrid y el Malmö sueco, correspondiente a la segunda jornada de la fase de grupos de la Liga de Campeones. Será la primera vez en esta edición del torneo que un encuentro del equipo blanco sólo pueda verse en BeIn Sports, lo que añade una considerable presión a ambas empresas.

Se acrecienta para Telefónica porque no podrá retransmitir en su plataforma de pago al equipo más demandado por los abonados (es el que más “pinchazos” genera). Pero también para Mediapro, puesto que a cada jornada que pase sin conseguir el acuerdo con Movistar, menos ingresos obtendrá por los derechos audiovisuales. Por otra parte, la compañía se jugará esta semana una buena parte de su popularidad, puesto que si su servicio de televisión por internet, TotalChannel, presenta los mismos problemas que hace 15 días, su capacidad para prestar un buen servicio a sus abonados quedará muy en entredicho.

En este caso, también podría causar un considerable malestar en la UEFA, organizadora del torneo y muy exigente en cuanto a la calidad que exige en las retransmisiones a quienes adquieren sus derechos.

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