Cuando el pasado 25 de mayo Unidad Editorial anunció a Pedro García Cuartango como nuevo director de El Mundo, le colgó la etiqueta de líder en interinidad. Aclaró que sólo desempeñaría este cargo hasta que la compañía encontrara a alguien adecuado para comandar este proyecto periodístico durante los próximos años. El propio García Cuartango reconoció ese día en privado que había aceptado el ofrecimiento debido a que la tarea tenía una fecha de caducidad cercana, según Antonio Fernández-Galiano, de entre dos meses y dos meses y medio. Sin embargo, en la planta noble del grupo han percibido durante las últimas semanas que el diario ha mejorado y ha “recuperado el pulso informativo”, algo que también comparten los pesos pesados de la redacción del periódico, lo que ha hecho que gane muchos enteros la opción de mantenerle en el puesto de forma definitiva.
En los altos despachos de Unidad Editorial tienen claro que, sea cual sea la decisión que tomen en las próximas semanas, no será “precipitada” y deberá contar con el visto bueno de los periodistas de El Mundo. No quieren volver a incurrir en un error como el que cometieron cuando eligieron a David Jiménez para dirigir la cabecera generalista. Un periodista que, por cierto, ha demandado a la empresa por las supuestas presiones editoriales que recibió mientras lideraba el proyecto, algo que es contrario a lo que aseguró en una conferencia en el Hotel Ritz madrileño tan sólo un mes y medio antes de su destitución. “Pedro J. (Ramírez) creó un periódico de la nada y lo convirtió en un éxito y en una referencia, la independencia de este diario está cimentada gracias a su trabajo por lo que mi responsabilidad es mantener estas esencias”, dijo entonces.
David Jiménez ha denunciado a Unedisa por haber recibido presiones editoriales, tan sólo un mes y medio después de ensalzar, en público, la independencia de 'El Mundo'
Durante sus primeras semanas en el cargo, García Cuartango ha conseguido dos objetivos que en la empresa consideraban tan primordiales como complicados de alcanzar: por un lado, acabar con la "deriva informativa" en la que se había sumido el periódico y, por otro, disuadir a varias de sus firmas de más relumbrón de su intención de sumarse al plan de bajas voluntarias que ha estado vigente en la compañía hasta la pasada semana. En esta tarea, también ha jugado un papel importante Rafael Moyano, el número 2 provisional del periódico y un periodista de la máxima confianza de la cúpula del grupo.
Los despidos que se avecinan
El director en funciones ha enderezado el rumbo del periódico en un momento especialmente delicado para su redacción, en el que sus periodistas se encuentran a la espera de que la empresa ejecute los despidos que contempla el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que pactaron a finales de mayo la empresa y los sindicatos. Varias fuentes del periódico, consultadas por Vozpópuli, valoran la labor realizada por el exdirector adjunto de Opinión. "Realmente, Cuartango no ha hecho ningún milagro. Sencillamente, ha vuelto a aplicar lo que aquí hacían los periodistas hasta que llegó David". Sólo con eso ha conseguido la confianza de la redacción", reconoce un veterano del rotativo.
En las próximas semanas, comenzará a aplicarse en el grupo la denominada 'transformación digital' con el que su matriz italiana, RCS MediaGroup, pretende revitalizar sus enflaquecidos negocios en papel. Un poco antes, el último día de junio, la empresa repartirá a los afectados por el ERE las cartas con sus respectivos finiquitos. Este paso estaba pensado que se completara a mediados de junio, pero en Italia lo han retrasado hasta finales de mes tras alegar que hasta ese momento no tendrán preparada la partida presupuestaria con la que abonarán las indemnizaciones. Evidentemente, esto no ha ayudado a rebajar la incertidumbre que se vive en las redacciones de El Mundo, Marca, Expansión o Radio Marca.
"Cuartango no ha hecho ningún milagro. Sencillamente, ha vuelto a aplicar lo que aquí hacían los periodistas hasta que llegó David", reconoce un veterano del diario
En los altos despachos de Unidad Editorial saben que la continuidad de García Cuartango en el puesto estará supeditada a la opinión de los gestores de RCS (del 'accionista', como se refieren a él) y, evidentemente, a que el propio director quiera continuar. Entre quienes le acompañan en su labor diaria afirman que el primer día dejó claro que su intención era la de ostentar el cargo tan sólo durante unas semanas, pero que en los últimos días le han visto "cómodo" en su labor y con disposición para ejercerla a medio y largo plazo.
La decisión final sería lógico que llegase una vez se resuelvan -o, al menos, se disipen un poco-, las dudas que existen sobre el futuro de RCS MediaGroup. Su Consejo de Administración decidió el pasado viernes rechazar la OPA planteada por el magnate Urbano Cairo y próximamente deberá pronunciarse acerca de la contra-OPA ideada por el empresario Andrea Bonomi. Esta situación mantiene en vilo a todo el grupo.
Pero, al margen de este asunto, en la redacción celebran que la etapa de David Jiménez haya finalizado, aunque lamentan el daño que ha ocasionado en un periódico que durante el último año ha perdido un 17,1% de difusión y, lo que es peor, algunas de sus "señas de identidad" más fácilmente reconocibles.