Hace mucho tiempo que Amancio Ortega se convirtió en uno de los principales receptores de las críticas de la izquierda radical española. Entre quienes han arremetido con más fiereza contra el empresario se encuentra Gabriel Rufián, quien hace unas semanas denunció en Twitter las condiciones laborales de las fábricas de Inditex en Asia: “Amancio Ortega empezó de la nada en un garaje de Tánger, Dacca o Nueva Delhi”, afirmó. Este domingo, el político independentista acudía al nuevo programa de Risto Mejide en Cuatro con su habitual altivez. Y con una chaqueta americana de Zara. Esto fue aprovechado por el presentador para criticar su falta de coherencia y para dejar en evidencia el discurso “populista” -así lo definió- de su interlocutor.
Lejos de reconocer que Mejide le había pillado en un renuncio, Rufián contraatacó: “Si al final a un político lo único que le puedes recriminar es que lleva unas Nike, es que hay algo que no entiendo (...) Ojalá os fijarais tanto en (Rodrigo) Rato”, expuso, ante la sorna del entrevistador. Y añadió: "Ojalá nos apoyemos más en los autónomos que en Amancio Ortega".
En una conversación en la que el entrevistador consiguió golpear varias veces en el mentón del invitado, el político volvió a manifestar su deseo de que Cataluña consiga la independencia tan pronto como sea posible, un hecho que, en su opinión, también sería “una buena noticia para el Estado español”. “Están todos deseándolo”, repondió Mejide, incrédulo.
Durante la conversación, salió a relucir el discurso que pronunció el político independentista durante la sesión de investidura de Mariano Rajoy, en el que agravió a Susana Díaz (cacique y Richelieu) y a Felipe González (Gonzálex, en alusión al Ibex) por haber presionado para que el PSOE se abstuviera en la votación. Rufián no sólo no se disculpó por los improperios que salieron de su boca aquel día, sino que los justificó: "Para nosotros (ERC), lo que estaba haciendo el PSOE era una traición", añadió.
Rufián: "No llevamos tridente, ni rabo, ni cuernos".
El presentador recriminó a Rufián el tono de sus discursos, que, a su juicio, parecen compuestos por frases de Twitter: “Al final un 'tweet' es una frase. Yo creo que es mejor explicar en una frase algo que no en media hoja. Estamos para intentar preocupar, ocupar y cabrear a quien nunca se cabreaba (…) Pero según quien reacciona como reacciona, es que estamos haciendo bien nuestro trabajo”, expuso.
El político también hizo alusión a Albert Rivera, con quien reconoció que no guarda una buena relación personal.
-Gabriel Rufián: Me consta que está enfadado.
-Risto Mejide: No entiendo por qué. Le llamaste cuñado delante de toda España.
-Gabriel Rufián: Es que es super-cuñado. Le falta un plato de gambas al lado.
El presentador también hizo referencia a la criticada forma de ser de su invitado y, de paso, aprovechó para sacar a relucir algunas de sus carencias personales, intelectuales y políticas: “Tú y yo tenemos mucho en común. Para empezar, somos catalanes los dos, hijos de inmigrantes, hablamos mal el catalán, nos hemos hecho famosos de la noche a la mañana y lo hemos hecho no diciendo precisamente lindezas”.
Rufián también se pronunció sobre la popularidad que ha adquirido, la cual reconoció que es útil para cumplir con su cometido político: "La fama no es sólo que la gente te conozca, sino una herramienta para poder llegar a más gente y que la gente vea que nosotros no llevamos tridente, ni rabo, ni cuernos".
