Que Pedro Sánchez está utilizando TVE a su favor es tan palmario que casi huelga repetirlo. La inestimable colaboración de Rosa María Mateo provoca estupor pero no sorpresa. La obscenidad de los políticos, en especial de PP y PSOE, al manejar la televisión pública no tiene límite. Se da por supuesta y hasta se acepta, como ocurre con los inexplicables discursos de Carmen Calvo. Ya nadie intenta entenderlos, sino que se resigna a soportarlos porque admite que forman parte del lúgubre paisaje que nos rodea.
La antepenúltima jugada fue ver al presidente del Gobierno dando un mitin en prime time. Pero lo mejor, como siempre en estos tiempos de la administradora única, omnipotente y unívoca, estaba por venir. Porque la TVE de Rosa María Mateo, que llegó al cargo para cuatro meses y lleva 15, se apresuró en proponer los debates electorales incluso antes de que la convocatoria electoral fuera efectiva. La propuesta era, como ya sabrán, un debate a cinco entre los principales partidos y tres debates cara a cara: Sánchez versus Casado; Sánchez versus Iglesias; y Casado versus Rivera.
Los adjetivos para esta idea se agotan, pero nos quedaremos con uno: bipartidista. Porque con esta propuesta se engrandece al mismo bipartidismo que siempre ha utilizado RTVE en beneficio propio. Por un lado, un debate entre los dos líderes de los dos magnos partidos a los que tanto debemos los sufridos españoles. Y por otro lado, debates en la derecha y en la izquierda donde lógicamente no faltan PP y PSOE. Así, Sánchez y Casado serían los únicos en acudir a tres debates, por dos de Rivera a Iglesias y uno de Abascal. Todo ello, además, durante una campaña electoral de solo una semana. Delirante.
¿Por qué, ya sumergidos en la extraña propuesta que por suerte no va a triunfar, TVE no proponía un cara a cara entre Sánchez y Rivera, otro entre Rivera e Iglesias y otro más de Casado frente a Iglesias? ¿Por qué el plan de TVE excluía a Abascal de cualquier debate contra otros líderes políticos si lo incluía en el debate entre todos? Se pueden esgrimir muchas razones para defender, atacar o comprender la propuesta de TVE, pero no cabe duda de que su planteamiento, que seguramente no saldrá adelante, beneficiaba al bipartidismo.
Decíamos que el comportamiento de Mateo -qué forma de estropear una gran trayectoria profesional- no sorprende en absoluto. Porque ya en la anterior campaña electoral TVE maniobró a favor de los intereses de Sánchez y el núcleo monclovita que comanda otro ser omnipotente y único, el tal Iván Redondo, hacedor, entre otras cosas, de campañas que rozaban la xenofobia como las de Xavier García Albiol en Badalona.
¿Una vendetta?
En Ciudadanos se barruntan que la exclusión de su líder de un cara a cara frente a Sánchez en la propuesta de marras tiene relación con el hecho de que Rivera iniciase el debate electoral de TVE de las pasadas generales pidiendo la dimisión de Mateo. Estaríamos, por tanto, ante una vendetta.
Sin dar esa teoría por buena porque no sabemos si Mateo paladea las películas de Scorsese, la verdad es que los comportamientos sicilianos son habituales en TVE, además de ser de sobra conocidos en el oficio periodístico. Pero denunciarlos cuesta más porque si hablas quizás te quedas sin tertulia. Siempre ha habido cuotas establecidas para que PP y PSOE coloquen -"propongan" o "recomienden"- a sus tertulianos afines. De eso saben mucho, por poner un ejemplo cercano, Soraya Sáenz de Santamaría y sus colaboradoras más cercanas.
El agravio a la inteligencia de los espectadores se convierte en escarnio cuando vemos cómo tal o cual medio denuncia airadamente la "censura" que está padeciendo porque sus periodistas no acuden a TVE. Esas denuncias duran justo hasta que cambia el gobierno y dichos informadores sí asisten los programas de la corporación pública, de manera que el papel de 'censurado' cambia de acera ideológica y resurgen otros héroes de la libertad que braman contra la cadena de todos.
¿Y el concurso?
En todo caso, volviendo al meollo dela cuestión, la propuesta fallida de debates es solo una anécdota. El problema de fondo es que la radiotelevisión que ustedes y yo pagamos con nuestros impuestos sigue siendo un cotarro bipartidista. Podemos y Ciudadanos, casi siempre a la gresca, al menos estaban de acuerdo en que se pusiera en marcha el procedimiento de concurso público para elegir a los dirigentes de RTVE. Nada más se supo de aquello y Mateo, colocada a dedo por el PSOE tras una pirueta parlamentaria que es mejor olvidar para no sufrir pesadillas, sigue cortando el bacalao.
La administradora única de RTVE ya sabe lo que es hacer campaña electoral a favor del PSOE. Legítimamente, solo faltaría, en 2011 esta periodista lideró la plataforma 'Ojalá' que pedía el voto para el entonces candidato socialista Alfredo Pérez Rubalcaba. Un político que en paz descanse, por supuesto, pero que también sabía lo suyo sobre controlar RTVE.
En la presentación de aquel colectivo rubalcabista, Mateo dijo que "lo que significa 'Ojalá' es esperanza, es deseo de que las cosas sigan adelante; incluso en la derrota podemos seguir adelante". Ay, esa primera persona del plural tan reveladora, "podemos", qué cosas tiene el destino, deslegitimaría a cualquiera para un cargo como el que ocupa. Pero ella, como entonces, sigue adelante, acaso esperanzada con una victoria de su PSOE, pero ahora con Sánchez al frente.