Se llama José Ramos Vivas. Este orensano de 44 años, doctor cum laude en Ciencias Biológicas por la Universidad de León y formado en Instituto Pasteur de París dirige el laboratorio de Microbiología del IDIVAL en Cantabria; una fundación que promueve y desarrolla la investigación y la innovación biomédica.
El grupo de investigación de José Ramos estudia la biología de los patógenos resistentes a los antibióticos y cómo son capaces de persistir en el ambiente hospitalario para causar infecciones. También es profesor de Biología Molecular en la Universidad de Cantabria y está acostumbrado a divulgar sus conocimientos sobre las bacterias con experimentos prácticos.
Es normal ver en sus redes sociales fotografías y muestras del universo bacteriológico que nos rodea. Unas llaves, una bata de médico, una cara... cuando cambias la escala de la realidad los habitantes de nuestro universo se multiplican.
Desde que abres los ojos cuando te levantas por la mañana, hasta que los cierras cuando te duermes por la noche, todo, todo, todo está cubierto de bacterias. pic.twitter.com/8RGpl7QOPS
— Jose Ramos Vivas (@joseramosvivas) February 28, 2018
-------------
https://twitter.com/joseramosvivas/status/968601685835894784?ref_src=twsrc%5Etfw
Este cazador de bacterias capaz de hacer un monólogo sobre trasplantes fecales es un agricultor biológico obsesionado con estas 'Superbacterias', los microorganismos que han aprendido a sobrevivir a nuestros antibióticos y amenazan con convertir una simple extracción de muelas en una operación de alto riesgo. Ha editado un libro sobre ello.
Uno de esos experimentos se ha convertido en viral en Twitter, con más de 2.200 retuits. ¿Qué pasa cuando no cerramos la tapa del váter al tirar de la cadena después de hacer de vientre?
2. ¿Que pasa si vamos al baño y al tirar de la cadena no bajamos la tapa? Hemos hecho la prueba. pic.twitter.com/Z3IvImYy07
— Jose Ramos Vivas (@joseramosvivas) February 27, 2018
Esta es una pequeña parte de las bacterias que salpican nuestro baño: pic.twitter.com/Avwj4h4P3K
— Jose Ramos Vivas (@joseramosvivas) February 27, 2018
-------------
La respuesta científica se resuelve con unas cuantas placas de Petri distribuidas por todo el baño de muestra, esas placas de plásticol que usa la microbiología para cultivar las bacterias que hay en el ambiente.
El agua y la fuerza de la cisterna son capaces de sacar al ambiente miles y miles de bacterias que acabarán posándose en el suelo e impregnando las paredes. El gesto de cerrar la tapa antes de tirar de la cadena tiene su sentido para minimizar su dispersión.
"El 99% de estas bacterias son buenas. El problema puede aparecer en los hospitales o si algún familiar tiene diarrea, por ejemplo [..] No hay ningún peligro para personas sanas pero para pacientes inmunodeprimidos alguna de estas bacterias inocuas puede ocasionarle un problema serio.", Nos cuenta José Ramos por teléfono.
Las placas muestran una microbiota normal, una mezcla de gram positivos y gram negativos muy habituales. Según José Ramos el conteo daba hasta 10.000 bacterias por metro cuadrado en suelo y paredes. El científico hizo el mismo experimento bajando la tapa para establecer el control que requiere el método científico. Con el váter tapado no existe dispersión ni bacterias en las muestras: "No crece nada", nos confirma.
— Jose Ramos Vivas (@joseramosvivas) February 27, 2018
-------------
Esas bacterias benignas aparecen por toda la casa e incluso impregnadas en nuestro cuerpo, aunque hay sitios con mayor concentración que otros: "Nosotros hemos comprobado que los estropajos viejos son el lugar con mayor presencia de bacterias del hogar [...] Y se podría saber quién vive en una casa estudiando las bacterias que hay en ella", nos dice el científico. Basta con pasarse una placa de Petri por la cara para comprender el universo microbiológico que convive con nosotros.
Esta es mi preferida. Las bacterias de la cara ! pic.twitter.com/w02BPQwCFf
— Jose Ramos Vivas (@joseramosvivas) February 28, 2018
-------------
El problema es cuando una de estas bacterias es, por ejemplo, la Clostridium difficile, un bacilo presente en individuos sanos y pacientes hospitalizados que es responsable de la colitis seudomembranosa, una infección de colon muy frecuente. Esta bacteria puede aparecer en pacientes bajo tratamiento antibiótico y por eso es más común en los hospitales.
Ahí el gesto de cerrar la tapa pasa de ser una anécdota a convertirse en imprescindible para evitar el posible vector de contagio.