Si todavía no se han enterado de que Jorge Javier Vázquez va a estrenar una obra de teatro musical basada en su propia vida es que pertenecen a ese minoritario grupo que vive ajeno a la actualidad. Es tal la exhibición mediática de esta nueva faceta del presentador estrella de Mediaset que, incluso sin quererlo, uno acaba informándose al dedillo de lo que pasa por su agenda. Y eso que en los últimos meses han sido tantos los proyectos que resulta difícil llevar la cuenta. ¿Estamos ante el anuncio del fin de su carrera televisiva? ¿Se ha hartado ya de lidiar con personajes de tres al cuarto y prefiere adentrarse en el mundo de la alta cultura? Sin duda, tener que enfrentarse a cuatro horas largas de programa en directo cada día, con sus broncas, sus tensiones y sus locuras no es sencillo, y Jorge Javier parece que ya ha tocado techo.
Jorge Javier se aleja de su faceta más mediática
El presentador lleva ya un tiempo aparcando su faceta más mediática -y la que sustenta sus imaginamos que abultadas cuentas corrientes- para dedicarle tiempo a iniciativas más personales y alejadas del ruido de la crónica social. En un primer momento se decantó por su gran sueño: cantar. Empezó a tomar clases de canto, creó su propia escuela, el Laboratorio de la voz -con cambio de nombre y polémica incluida con la primera directora del centro-, y llegó a viajar a Los Ángeles, con la excusa de las vacaciones, para dar clases con un reputado profesor durante mes y medio. Si eso no es vocación, no sabemos qué puede ser. Tanto afán teatral le sirvió para estrenarse como productor y actor -en un pequeño papel- con la obra Miguel de Molina al desnudo. Evidentemente, todos sus colaboradores de Sálvame no faltaron a la función.
Ahora, el presentador ha ido un poco más allá y ha decidido protagonizar su propia obra. Y por propia nos referimos a que está basada en su libro La vida iba en serio, un bestseller en el que Vázquez narró sus vivencias desde la infancia hasta el momento actual, pasando por su juventud, su salida del armario, la llegada a Madrid y su relación con sus padres. Si la novela convirtió a Jorge Javier en un escritor de éxito, la obra -titulada Iba en serio- espera transformarle en el nuevo reclamo del teatro español. Con todo esto, ¿cómo va a querer dedicar tiempo a las aventuras de Olvido Hormigos o a los devaneos amorosos de Alberto Isla? Él ya está en otros ámbitos, mucho más culturales, donde no cabe tanta crónica social.
Del plató de televisión al escenario
Sin embargo, no es el único miembro de Sálvame que se ha decidido cambiar los platós de televisión por los escenarios. Rosa Benito, cuñada y heredera natural de Rocío Jurado, también ha querido explotar su faceta interpretativa a través del cante. Primero hizo un pequeño debut en el espectáculo The Hole y ahora comparte escenario con su hija Chayo en el show En vivo, donde recrean algunos éxitos atemporales de la canción para disfrute de un público más aficionado a Sálvame que a los espectáculos musicales. Eso sí, ambas están contentas, felices y gozan del favor del público. ¿Qué pasaría si no saliesen por televisión? Pues seguro que habría cola para verlas entonar el Piensa en mí de Luz Casal, claro.
La última en sacarse el carné de intérprete ha sido María Patiño. La periodista se ha metido en la piel de una mujer maltratada en el corto La cara del diablo, en el que también participa su novio Ricardo Rodríguez. Por el momento no tiene intención de dejar la televisión para continuar con su carrera como actriz, pero viendo los tiempos que corren no debería descartarlo. Al estreno acudieron sus compañeros de Sálvame y todos los medios habidos y por haber, algo del todo inaudito en un cortometraje. ¿Estamos asistiendo a la regeneración de la cultura que tanto se esperaba? ¿Va a ser así como se inyectará una buena dosis de público al teatro, al cine o a la canción? Si ya ha ocurrido con la literatura, no vemos por qué las otras artes no van a sucumbir a la todo poderosa televisión. Parece que es el camino natural.