Además, no hay que olvidar que se pueden hacer pingües negocios. Igual que el palco del Real Madrid concita a lo más granado entre los potentados, los fines de semana las fincas se convierten en hervideros de importantes hombres de negocios que, vestidos como lores ingleses, cierran contratos, contactan negocios y realizan operaciones muy rentables en un ambiente en el que la testosterona se mide por litros. También el grado de exageraciones se incrementa exponencialmente, aunque esto está en el ser de todo cazador que se precie, que siempre abultará sus lances cinegéticos. Así las cosas, las fincas top se convierten en una inversión rentable pues casi nadie declinará la invitación a un deporte muy extendido en nuestro país.
Por supuesto, la invitación inicial es correspondida con posteriores invitaciones y así se completa el círculo: caza por invitación + negocios, desde ahora hasta el próximo mes de febrero. Eso sí, algunos empresarios importantes, cuando se quieren divertir de verdad, también salen a cazar a monterías más económicas, donde pasan más desapercibidos y pueden realmente disfrutar de su pasión cinegética sin el incómodo de tener que llevar corbata y pudiendo ser ellos mismos sin corsés sociales.
Fincas en Toledo
Las principales fincas de España para la caza, se encuentran en Los Yébenes (de donde es la concejala Olvido Hormigos) y Montes de Toledo en la Ciudad Imperial. Allí tienen casa gente como Abelló, Mario Conde, Emilio Botín, el fallecido Gonzalo Pascual o el aceitero Juan Rubio. También encontramos lugares como el famoso Camino del Centenillo, en Andújar Jaén o en la zona de Castilblanco de los Arroyos (Sevilla). Aquí podremos encontrar a los Benjumea, a la duquesa de Alba, a Prado y Colón de Carvajal o a la rama andaluza de la familia Ybarra.
Internacionalmente, aunque los cazadores han reducido mucho sus viajes, África y países como Hungría siguen siendo destinos preferidos por los cazadores españoles, en las que en algunas ocasiones pueden combinar la caza con la visita a locales de baile con luces de colores.
Entre los cazadores internacionales podemos destacar a gente como Blas Herrero, dueño de Kiss FM, o al exportavoz del gobierno, Pío Cabanillas.
Con todo hay que decir que la crisis ha golpeado mucho a este sector que era el favorito de los llamados señores del ladrillo. Gente como Luis Portillo o Manuel Manrique han tenido que colgar el cartel de se vende en sus campos para hacer frente a la nueva realidad económica española.
Gasto similar
Por este motivo desde orgánicas como Cazaworld o Prohunt Safaris se recuerda que más del 63% de los cazadores españoles este año no incrementarán sus gastos en caza y que además en un alto porcentaje no se fía de las promesas de compensar que hacen estas organizaciones cuando una partida se da mal. Así se estima que el gasto medio por cazador en España se sitúe en torno a los 3.000 euros con la munición incluida. Se espera que en esta reorganización de la Administración se consiga en España una única licencia para todo el territorio.
En el apartado de noticias sin contrastar podemos decir que la finca El Alamín, propiedad del expresidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, fue lugar de encuentro de muchos políticos cuando las cosas le sonreían a este empresario cuya otra parte de la propiedad, que perteneció al marqués de Comillas y que compró el financiero Emilio Novela, no le libró de la cárcel.
Cosa distinta parece que ocurrió con los Albertos, grandes amigos del rey, que cuentan que se libraron de entrar en prisión en el caso Urbanor por las altas amistades que acudían con frecuencia a cazar en sus manchas.
Si van a cazar asesorénse por un profesional no hay nada peor que los Robin Hood o personas cuya ropa recién estrenada en El Corte Inglés denota su condición de arribista y la reciente afición a este deporte de Reyes.