30 años después de su desaparición, Bultaco regresó en 2014 con un aparentemente sólido proyecto empresarial. Aunque las motos no fueron ya su epicentro, el primer modelo que salió a la venta recuperaba el mítico nombre Brinco, reconvertida ahora en un híbrido de bici y moto propulsado por un motor propio eléctrico. Sin embargo, y tras casi cinco años de actividad, la mítica Bultaco ha entrado, como a finales de los ’80, en concurso de acreedores, con un pasivo de 11 millones de euros, tras haber tenido que parar la producción por falta de materiales y liquidez, según han confirmado a Efe fuentes cercanas a la empresa.
Según el diario La Vanguardia, el juez ha designado al despacho De Pasqual & Marzo Abogados como administrador concursal. Bultaco presentó a finales del año pasado su plan estratégico, que contemplaba el lanzamiento de cuatro nuevos modelos y diseñaba un programa de expansión internacional.
La empresa calculó en ese momento que, para poner en marcha el plan, sería necesaria una inversión de alrededor de 50 millones de euros, por lo que comenzó la búsqueda de un inversor. Durante ese proceso de búsqueda, Bultaco continuó con sus planes, pero antes del verano se vio obligada a parar la producción tras haber tenido problemas de liquidez para el abastecimiento de materiales, han explicado las mismas fuentes.
Esa situación provocó, consecuentemente, un parón en los ingresos. Las fuentes también han señalado que, a pesar de encontrarse ahora en concurso de acreedores, la compañía es "optimista" y espera que se resuelva todo. En opinión de las fuentes, es una "cuestión de tiempo" que Bultaco encuentre un inversor y pueda retomar la actividad.