El Congreso de los Diputados ha dado luz verde este martes, 18 de marzo de 2025, a una nueva reducción de la tasa de alcoholemia permitida al volante, un cambio impulsado por el PSOE que sitúa a España entre los países europeos con normativas más estrictas en materia de seguridad vial. La proposición de ley, aprobada con 177 votos a favor, 32 en contra (Vox) y 135 abstenciones (PP), rebaja el límite máximo de alcohol en sangre de 0,5 a 0,2 gramos por litro (g/l), y en aire espirado de 0,25 a 0,1 miligramos por litro (mg/l). Esta medida, que aún debe ratificarse en un pleno definitivo, entrará en vigor a lo largo de 2025, según fuentes oficiales del Ministerio del Interior y la Dirección General de Tráfico (DGT).
La reforma, alineada con recomendaciones de la Comisión Europea, busca reducir la siniestralidad vial, considerando que el alcohol está presente en un 32,7% de los accidentes mortales, según el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses (datos de 2023). Pere Navarro, director de la DGT, ha defendido esta tasa como “equivalente a tolerancia cero”, destacando que incluso un consumo mínimo incrementa el riesgo de accidente. “No se podrá beber absolutamente nada antes de conducir”, afirmó Navarro en una reciente declaración recogida por Europa Press.
¿A qué conductores se aplicará esta nueva normativa?
La nueva normativa aplicará el mismo límite de 0,2 g/l a todos los conductores —generales, noveles y profesionales—, eliminando las distinciones previas (0,3 g/l para noveles y profesionales). Además, incluye la prohibición de difundir la ubicación de controles policiales en redes sociales, una práctica que pasará a considerarse infracción muy grave.
Aunque la fecha exacta de entrada en vigor depende de su publicación en el BOE, la DGT ya planea intensificar los controles y lanzar campañas de concienciación. Con esta medida, España se equipara a países como Suecia y Noruega, líderes en seguridad vial, marcando un paso firme hacia la reducción de víctimas en carretera.
