Se fabrica en Ohio, Estados Unidos, y estará a la venta en España a la vuelta del verano, un modelo que ha despertado el interés de personalidades como el propio Fernando Alonso, piloto oficial de la marca japonesa en el Mundial de Fórmula 1 y quien ya ha tenido la oportunidad de ponerse a sus mandos y descubrir como es el heredero del mítico NSX. Y según sus propias palabras, ha resultado toda una experiencia dar rienda suelta a todo el potencial tecnológico que atesora, reconociendo haberse divertido más que con el propio McLaren-Honda de F1 con el que se "pelea" cada fin de semana de Gran Premio.
Un modelo que inició su leyenda hace justo 25 años, cuando llegó al mercado y supuso todo un bombazo por su estética rompedora con la que Honda trataba de rivalizar de tú a tú con los Porsche y Ferrari de la época. Se mantuvo en el mercado tal cual nació, con algunas actualizaciones, hasta que Honda cesó su producción hace ahora diez años. Su chasis de aluminio, su reducida altura de carrocería —apenas 1,17 metros— y su motor V6 atmosférico con 280 CV y capaz de girar hasta las 8.000 revoluciones hicieron del NSX uno de los deportivos más emblemáticos y deseados del momento.
Un cuarto de siglo después de su nacimiento, Honda pone por fin a la venta el esperado sucesor del mítico deportivo con una nueva versión que vuelve con la misma fuerza estética de su predecesor, ahora acorde lógicamente a las tendencias estilísticas actuales y, sobre todo, con una carga tecnológica que le situa entre los deportivos más avanzados y exclusivos.
Del modelo nacido en 1990, el nuevo NSX respeta en parte las proporciones originales -mide 4,47 metros de longitud, 1,94 de anchura y 1,22 de altura-, e incluso un diseño que permite identificarlo sin duda con el NSX de hace 25 años, aunque ahora con formas mucho más radicales. Un diseño impactante a la vista en el que sobresale un poderoso frontal bajo el que se esconde la más avanzada tecnología de la marca en forma de un sistema híbrido con un motor de gasolina sobrealimentado, tres motores eléctricos y una caja de cambios automática de doble embrague y nueve velocidades para un rendimiento conjunto de 581 CV.
Uno de los motores eléctricos sirve como apoyo al de gasolina, mientras que los otros dos se encuentran en el eje delantero, rinden 37 CV cada uno, funcionan de manera independiente moviendo una de las ruedas delanteras y su función es la de ayudar a mejorar la aceleración y la velocidad de paso por curva modificando la trayectoria por la diferencia de giro de la ruedas de cada lado. El sistema permite cuatro modos de conducción: «Quiet», «Sport», «Sport +» y «Track», siendo el primero de ellos completamente eléctrico. El sistema ajusta el funcionamiento de los motores eléctricos, el de combustión, la caja de cambios y el sonido en función de las necesidades del conductor.