Sin duda vivimos unos tiempos de fuerte intervención política con la decidida intención de mantener un modelo económico global agotado e insostenible, produciéndose un frenesí de actuaciones, como el viraje ruso de Merkel, que se van exacerbado, casi hasta el extremo, por la inevitable y progresiva acción de Estados Unidos contra el comercio desigual que padece, algo que, simplemente, tenían que hacer so pena de perder su liderazgo global y cuya reacción, en la lucha política interna estadounidense, que hay mucho momio en juego, se ha globalizado afectándonos a todos.
Ante esa situación, he creído conveniente que hiciéramos una pausa y reflexionáramos, aunque sea brevemente, sobre la relación entre la macroeconomía, las expectativas de los ciudadanos y los índices bursátiles, una especie de "back to basics", de vuelta a los fundamentos, para prepararnos mejor ante los cambios que vienen a las bolsas, sobre todo las europeas.
Un indicador sistémico
El primer aspecto a resaltar de los índices es su importancia como indicadores del estado sistémico de la Economía de un país, de su comportamiento estructural y coyuntural, entendiendo esto último como "el curso variable del acontecer económico", una vieja definición que solemos usar en este blog; en ese sentido "la macro" sería los fundamentos de los índices bursátiles.
Es un tema de gran interés aunque no se invierta en bolsa, pues, por ejemplo, cuando vimos la capitulación bursátil final (también las hay parciales) de Japón, producto de su guerra comercial con Estados Unidos, señalamos la dificultad de sus empresas para financiarse, haciéndolas ira a menos y a peor. No es un tema lejano ni carente de interés, pues, como veremos en otra ocasión, habrá índices importantes en Europa que capitularán, con o sin guerra comercial con Estados Unidos, y ese fenómeno afectará inexorablemente el progreso económico y, consecuentemente, el futuro político de nuestro país.
Índices y lobbies americanos
Por supuesto que, dentro de esa situación estructural y coyuntural, los índices también nos dicen mucho del estado psicológico del común de los inversores, incluso del clima político, dependiendo del desarrollo económico y cultural del país de referencia del índice, pero también de cómo interactúa la comunidad corporativa, los órganos de supervisión, los directivos, grandes inversores y empresarios, las asociaciones empresariales, la forma de gobierno, los políticos y los intermediarios financieros.
Basándose en esa realidad, en la lucha por el poder y/o por la audiencia suele distraerse al público con personajes como Warren Buffet y los cinco giga-millonarios tecnológicos del Establishment, ocultando que, bajo ellos en ranking patrimonial, hay en Estados Unidos un verdadero ejército de empresarios que no ha hecho sus fortunas rebuscando en las patentes liberadas del Pentágono, cuyas empresas pueden estar o no en un índice, pero que invierten en ellos y que, como Trump, también interactúan con los centros de análisis, medios, universidades, etc. y que están hartos del comercio global desigual, de la degradación de sus ciudades, de ser moneda de cambio para construir países que luego les roban sus patentes, les difaman y les ponen como malos de la película tras sangrarles durante décadas mientras el país se endeuda hasta las cejas en un envite geopolítico ruinoso y quienes, como en sus orígenes, no quieren que su país se suicide como Europa.
Índices y lobbies europeos
Por supuesto, al otro lado del Atlántico, ocurre algo similar y los índices listan empresas que, como las alemanas, son activas en promover un proyecto europeo determinado, uno que todo indica malogrará los esfuerzos y el buen hacer de los alemanes (sobre todo los "de a pie"), y del resto de los europeos, por esa manía de querer tenernos controladitos, serviles y mansos para ellos poder hacer sus "grandes" ideas. Eso sí, no son lobbies, que eso no se puede decir porque aquí, lobbies, no hay, ¿a qué no?
En España, que somos más listos, los políticos sin oficio ni beneficio que nos gobiernan, además de montar un monopolio televisivo de facto (vía no publicidad en TVE, que menuda secta parece haber allí) para imponernos el proyecto (más bien experimento) Sánchez y Cía., para expoliarnos mejor, nos distraen criticando a los malísimos del "IBEX" cuando el Poder de verdad está en la Política, y en España, ese poder no tiene control y es de donde le viene el mayor daño al índice y a los ciudadanos.
Índices e información
"Toda la información está recogida en la cotización", que es una expresión común sobre el precio de las acciones. "¿Y si hay manipulación política?" También. Es un tema muy amplio pero hay un aspecto de interés que me gustaría comentar, y es que el simple hecho de estudiar la estadística de los índices europeos ya dice mucho de la baja calidad informativa que padecemos, que no vean qué diferencia entre los estadounidenses y los europeos.
Súmenle a esa deficiencia de base la manipulación informativa de los grandes medios de comunicación, locales y globales, o la de las redes sociales, sobre las que cada día aparecen nuevas evidencias (por ejemplo) gracias a la honestidad de sus trabajadores, por no hablar de las censuras ya comentadas anteriormente. Luego está el tema de ciertos "buscadores", donde de manera constante me ocurre que, tras escribir el título de un documento descargado recientemente, su autor (crítico con el globalismo) y la fecha, para poder ponerles el enlace, resulta que no aparece gracias al "algoritmo" para amiguetes; no digamos ya si se les ocurre buscar "idiot" en Google - Imágenes versus otros "buscadores".
Vayan sumando cosas y evalúen lo vendido que está el inversor español al tomar sus decisiones bursátiles - y no me refiero solamente al conflicto comercial entre Estados Unidos y Europa - tema que nos lleva al siguiente punto.
Inversión en índices
Finalmente y para no alargarnos más, está la utilidad que tienen los índices para invertir en ellos. Verán, como la inversión bursátil es para mí un tema vocacional que me interesa desde al menos finales de los años ochenta del siglo pasado, por aquellos años cayó en mis manos un estudio de una conocida revista (hoy globalista), según el cual, con independencia del país, aproximadamente solo el 5% de los gestores de fondos conseguía batir en rentabilidad al índice en el largo plazo, un fallo que, como comprenderán, atormenta a dichos directivos de fondos, que seguramente los han visto llorando por las esquinas como unas Magdalenas. ¿A que sí? Según eso, la llamada inversión pasiva (en fondos que repliquen el índice) es, con toda probabilidad, mejor que la llamada inversión activa, la de los gestores que seleccionan acciones según su criterio, unos gestores que, a su vez, el inversor ha seleccionado según si criterio pues no se atreve a elegir él las acciones.
Ya se pueden imaginar que desde entonces uno ha sufrido castigos por muchos conflictos y visto muchas cosas, muchos nuevos Warren Buffet, aunque los subsiguientes estudios, convenientemente callados, han venido ratificando el estudio de aquella revista (enlace a uno de los últimos; les pedirá que informen que no son un "robot") y que, vistos los resultados (los últimos), es particularmente grave en España donde, por ejemplo, padecemos un conocido gurú, aficionado a la astrología (que igual tampoco sabe qué es eso), tiene miles de seguidores y gusta de insultar a quien disiente de sus ideas mientras promete sacarnos de Egipto, librarnos del faraón y llevarnos a su tierra pro-metida bursátil.
¿Qué hacer?
Vistos los malos resultados que dan los fondos de inversión (incluidos los de pensiones, a los que igual les quitan la deducción fiscal), cosa por lo demás esperable, y todo lo comentado anteriormente, como a mi quien me preocupa es el pequeño ahorrador, siempre sugiero a quienes quieren invertir en bolsa lo hagan en fondos que repliquen el índice pero estando siempre dispuestos a hacer liquidaciones totales o parciales; luego, para los más arriesgados, también hay ETFs inversos (y otros instrumentos con más riesgo todavía) que también les permitirán ganar dinero cuando la bolsa baje.
Por supuesto que, dada la manipulación política y las variaciones que la macroeconomía impone, esa inversión en los índices debe hacerse de forma activa, siguiendo las pautas de lo que yo llamo "macroeconomía bursátil" y que, la semana que viene, utilizaremos con los índices europeos, a ver si podemos prever qué les puede pasar en esta guerra comercial, no sea que nos metan una década, como a los japoneses, en la zona de capitulación y todo dicho, como siempre, con la debida reserva legal, claro. Hasta entonces.